Tras la sorpresiva reunión de la presidenta Cristina Fernández de Kircher y los gobernadores, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, anunció una corrección en dos aspectos de la resolución que desató el paro agropecuario: autorizó a los monotributistas a recibir reintegros y estableció un nuevo tope para las retenciones.
"Estamos dispuestos a resolver problemas de los mercados a futuro, en algunos aspectos el reclamo sería cierto... parecería tener razón", dijo Alberto Fernández en la conferencia de prensa. El jefe de Gabinete buscaba las palabras justas para decir que estaban cambiando algo, como les reclamaba el campo, pero sin admitir explícitamente como es posible que haya demandado 79 días llegar a esta conclusión: algunos aspectos del decreto 125 de las retenciones móviles eran en la práctica inaplicables.
El ministro de Economía, Carlos Fernández, aseguró que el tope de las retenciones será del 52,7% para la soja cuando llegue a un precio de 750 dólares. "A partir de ahora esa curva marginal del 95% la achatamos", remarcó. En el caso del trigo, el límite es hasta 600 dólares, y la nueva resolución establece que las retenciones serán del 41,6%.
En el caso del maíz, a partir de un precio de 400 dólares la toneladas, se pasará de un alícuota del 53,8 por ciento dispuesta en la resolución 125, al 45 % en la nueva normativa. Para el girasol, con un precio de 900 dólares, las retenciones bajarán del 59,1 al 52,7 %. "Definimos en función de los precios actuales de los productos y de acuerdo a las expectativas de análisis, en la soja el tramo del precio actual hasta 750 dólares sería el tramo definido para indicar el mejor funcionamiento de los mercados a término", afirmó el titular de Hacienda.
Según explicó, una de las novedades es el nuevo rol de la ONCCA. Las declaraciones juradas serán autorizadas por las gobernaciones e intendentes para agilizar el sistema de reintegros. "Con esto, hemos escuchado los reclamos", apuntó.
"La soja ha tenido una presencia enorme y su desarrollo pasó a ocupar zonas dedicadas al trigo y maíz; el efecto del crecimiento es que la soja aumentó 144 por ciento, mientras que el trigo y maíz cayeron", aseguró, al tiempo que dijo que "no se trata de demonizar la soja".
Con estos números a la vista, el campo tardó minutos en rechazar la iniciativa por una razón simple: los precios de los que habla el Gobierno como punto de partida para los cambios anunciados están muy lejos de los actuales. Se habla de la soja a 600 dólares la tonelada cuando hoy esté en el orden de los 450 dólares.
"Confuden a la gente, engañan al ciudadano común, si tuvieran razón ¿por qué no consensúan y deciden todo unilateralmente?, dijo esta noche Alfredo De Angeli. Según el ruralista, "hablan de precios irreales, precios de récord que ni se sabe si alguna vez van a llegar a cobrarse", explicó el dirigente de Gualeguaychú.
El jefe de Gabinete apuntó también contra Alfredo de Angeli, sin mencionarlo: "Me he enterado de que uno de los que más motoriza el reclamo, también alquila sus campos. Interesante estar en un país donde los ingenieros no son ingenieros y los chacareros no son chacareros", sentenció.