En una provincia en donde gobiernan las primeras minorías, no es tan difícil que al partido gobernante le arrebaten cargos. Binner decidió arriesgar y posicionó a su ministro Antonio Bonfatti como candidato a gobernador, por encima de otros miembros del socialismo y del frente que conforman junto a los radicales y otros partidos menores. Pero esa pelea interna dejó varias heridas abiertas, sobre todo en sectores de la UCR, a quien terminó apartando de una alianza nacional con Ricardo Alfonsín, y en el propio partido, con el senador Rubén Giustiniani.
Bonfatti no es Binner, de la misma forma que Rossi no es Reutemann. Y después de muchos años en donde al menos uno de los dos líderes provinciales participaba como candidato, los votantes vieron a Miguel Del Sel en quien aportar un voto-protesta de las maniobras partidarias del Frente Progresista y del PJ. El candidato del PRO terminó polarizando la elección, juntando votos del sector del ex piloto, y parte del radicalismo disconforme. El socialismo necesita de su socio histórico, más aún cuando co-gobiernan en muchas intendencias y comunas del interior de Santa Fe.
El gobernador electo hizo una gran diferencia en Rosario. Sin embargo, la mayoría de los votos fueron para el candidato a senador y actual intendente, Miguel Lifschitz, superando a Mónica Fein (la primera intendenta electa de la ciudad) y al propio Bonfatti. Aquí juega su rol la boleta única, que fue utilizada por primera vez en una elección general y que perjudicó al Frente para la Victoria (María Eugenia Bielsa sumó más votos que Rossi), pero también al Frente Progresista, que en otra ocasión hubiese arrastrado más votos para sus concejales, intendentes o gobernador.
La irrupción del "midachismo" en la política santafesina terminó por favorecer en cierta forma al propio Bonfatti, ya que le restó votos al Frente para la Victoria y algunos propios del Frente, aún cuando casi termina superándolo.
Los próximos cuatro años no serán fáciles para la administración local, con ambas cámaras con control peronista, y un potencial candidato como Del Sel que podría sumar mucho más que en esta elección. Binner necesitaba una victoria para sus aspiraciones presidenciales, pero no deja de ser una luz amarilla para la próxima elección.
* Editor ejecutivo de Perfil.com