El presidente Mauricio Macri y su par chilena, Michelle Bachelet, mantuvieron ayer una reunión en la Quinta de Olivos con el acento puesto en los proyectos de infraestructura conjuntos y enmarcada en el interés de la Argentina de ser parte de la Alianza del Pacífico. La reunión coincidió con el octavo encuentro binacional de ministros, donde se trabajó en numerosos planes que buscan mejorar el tránsito de personas y mercancías entre los dos países.
La relación con Chile se enmarca en la intención gubernamental de proyectarse hacia el Pacífico y mejorar las relaciones entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico, que integra el país trasandino junto a Perú, Colombia y México. A diferencia de lo que ocurre en las relaciones con otros socios regionales, en este caso el énfasis está puesto en los planes para mejorar la conexión física entre los dos países.
“Tenemos obras en decenas de pasos para integrarnos realmente, con una obra emblemática, que es Agua Negra, que el BID va a financiar fuera de nuestros cupos, como una obra binacional”, remarcó Macri en una conferencia conjunta.
Por su parte, Bachelet destacó que “nunca antes en una reunión binacional había convocado tantas autoridades; hemos tratado con el presidente Macri temas fundamentales para nuestra integración, como la facilitación fronteriza”. Así, marcó una diferencia con los encuentros de ministros realizados durante la gestión anterior, que se venían organizado anualmente desde 2008.
La mandataria también hizo hincapié en los proyectos para facilitar trámites migratorios con el fin de fomentar el “turismo, el comercio bilateral y la conexión bioceánica”. Destacó que hay en total “26 proyectos entre pasos y túneles” sobre los que están trabajando.
La reunión de ministros también se realizó en Olivos y fue iniciada por la canciller Susana Malcorra y el ministro de Exterior de Chile, Heraldo Muñoz Valenzuela. Contó con la participación de 18 ministros chilenos e idéntico número de titulares de cartera argentinos. El encuentro ministerial tuvo como resultado una declaración de 31 páginas donde se enumeraron los avances conjuntos y los proyectos que están en curso.
El acento allí estuvo puesto en los proyectos de infraestructura conjuntos, la mejora de los trámites migratorios y el intercambio comercial. También hubo acuerdos para el control conjunto de actividades ilícitas, como el tráfico de drogas, y un plan de proyectos turísticos con la vista puesta en visitantes chinos.