El jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, no esquivó el tema de los linchamientos, pero, con su opinión, bordeó la cornisa entre la comprensión y la condena. “Más allá de la desesperación cuando el Estado te abandona, no puedo avalar [las golpizas] porque sería volver al Far West”.
Macri enumeró con crudeza las causas que llevan a la gente a reaccionar de forma violenta frente a los delincuentes. “Si los jueces sueltan a los delincuentes, los patrulleros no tienen nafta y los chalecos anti-balas están vencidos, la gente empieza a enloquecer”, detalló el jefe de Gobierno en declaraciones al programa radial Contrapunto.
Tras remarcar los logros de la Metropolitana, el líder del PRO machacó sobre las deudas del Gobierno Nacional en materia de seguridad ya que “la responsabilidad primaria es de la Policía Federal” a la que le “pagan salarios de hambre”.
Luego, apuntó contra el Poder Judicial porque decidió, según sus palabras, “soltar a los presos sistemáticamente”. Y puso un ejemplo: “La metropolitana vive agarrando a los mismos tipos y los jueces los liberan”, se quejó en diálogo con FM Identidad.
Tranquilidad por su hija. El jefe de Gobierno intentó aclarar que sus dichos sobre su “tranquilidad porque su hija estaba fuera del país” tenía que ver con que la habían robado seis veces.
“Soy el padre y es un dolor porque la extraño a mi hija (NdR: ya regresó al país), pero sentí alivio porque la habían robado seis veces”, dijo al programa matutino Contrapunto.
Flor de preocupación. Mientras acelera reuniones para cerrar un acuerdo electoral con UNEN e intercambia guiños con la Presidenta, Macri se reconoció preocupado por “las flores de Carrió y Cristina”.
En tanto, se hizo eco de las versiones de que la propia Presidenta no vería con malos ojos su candidatura porque busca evitar el ascenso de un candidato peronista. “Poco va a poder aportar porque está en baja”, contestó en referencia a Cristina, mirando de reojo las encuestas.
El clima para el 2015 asoma agitado para Macri. Tanto es así que, ya lanzado a la caza de la Rosada, buscó desligarse de sus competidores directos. “Scioli y Massa son parte de una continuidad”, definió para luego sentenciar que “no somos lo mismo”.
