Lo reconoce el propio Mauricio Macri. La conflictiva relación con su padre Franco es uno de los temas recurrentes en sus sesiones de terapia. Y ahora, un nuevo conflicto con ribetes políticos vuelve a dañar la relación entre padre e hijo. Una pelea entre la Casa Rosada y la Jefatura de Gobierno porteña por el financiamiento de nuevos trenes para los subtes fue el detonante de la puja familiar.
Mauricio salió a cuestionar un contrato que firmó el Gobierno con la empresa china CITIC -a la que Franco representa en la Argentina- por la compra de vagones para el subte de la Ciudad de Buenos Aires. E impulsó un pedido de informes que elaboraron dos de sus diputados preferidos, Federico Pinedo y Paula Bertol.
En el informe, los diputados le piden explicaciones a la Casa Rosada por los elevados precios que el polémico secretario de Transporte, Ricardo Jaime, decidió pagarle a CITIC por la provisión de 279 vagones sin una licitación pública previa. Aunque lo niegue en público, Mauricio está molesto con su padre y no termina de digerir que lo haya dejado afuera del acuerdo.