“A mi me puede temblar la mano, pero este dedo no me tiembla”, sentenció. Y gesticuló con su mano, simulando gatillar un arma. El que habla es el ex montonero Miguel Angel Rodríguez (62), alias “El Comandante”, el hombre con el que cuenta el macrismo para neutralizar los conflictos en las villas. Rodríguez recibió a PERFIL en la habitación que alquila en la Villa 1-11-14, en Bajo Flores, ocasión en la que reveló su trabajo de “nexo” entre el gobierno porteño y los delegados villeros.
Rodríguez fue director de Tránsito durante la gestión de Carlos Grosso y en 1991 fue preso por vender licencias truchas de taxis. Pese a ello, fue contratado por el Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC), hasta que el legislador del ARI Facundo Di Filippo lo denunció, a fines del año pasado, y Rodríguez dimitió.
“Di Filippo quiso arrebatarme la voluntad”, expresó Rodríguez. Quienes lo quieren bien, aseguran que Rodríguez es “un tipo de fierro”, que los asesora al momento de negociar con los funcionarios. Quienes no lo quieren bien, afirman que Rodríguez es un matón.
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