Menos Chávez y más Lula. Esa parece ser la fórmula que el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner delinea para implementar de inmediato en el ámbito regional, tras el escándalo del Valijagate que salpica a la Argentina y Venezuela, y cada día complica más a ex funcionarios kirchneristas vinculados a la recaudación de la campaña electoral 2007.
Si durante la presidencia de Néstor Kirchner el aliado continental era Vanezuela; hoy, Cristina se vuelca por Brasil. Y, en ese sentido, el fin de semana en Brasilia, donde dijo "sentir enviadia" de los empresarios brasileños y participó de los festejos del día de la independencia, puede leerse como un cambio de rumbo. Allí, reforzó los lazos de integración con el vecino país, firmó convenios para la producción conjunta e inclusó un acuerdo para tener la misma norma de TV digital.
Las relaciones con Venezuela quedaron bajo luego de que, en la Corte Federal de Miami, retumbase la voz de Guido Antonini Wilson confirmando algo que el Gobierno no quería oír: “Yo le hice el favor a Uberti de llevarle la valija. El me pidió que la ponga ahí”, dijo el venezolano reavivando el escándalo internacional. De todas formas, el vínculo bolivariano había entrado en desprestigio luego de que se conoció que Argentina accedió a pagar un interes de 15% por los US$ 1.000 millones que le prestó Venezuela. Hecho que opaco, además, el trascendental anuncio del pago al Club de París.
O mais grande. Esta mañana, esas gestiones se tradujeron en hechos concretos: se anunció que la poderosa siderúrgica brasileña Gerdau invertirá 524 millones de dólares para instalar una nueva planta de producción de acero en la localidad de Pérez, a pocos kilómetros de la ciudad de Rosario. El titular de compañía, André Gerdau Johannpeter, se lo confirmó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, durante un encuentro donde también estuvieron presentes el ministro de Economía, Carlos Fernández, y el secretario de Industria, Fernando Fraguío.
En un acto en el Salón Blanco, Cristina reforzó en su discurso este nuevo estilo carioca que intenta adoptar la gestión CFK. En sus palabras elogió a Lula por su política de capacitación de los trabajadores y de fomento a la educación y afirmó que ése será el modelo a seguir por Argentina. Acto seguido, anunció la creación de un nuevo plan de becas "dirigidas a todos aquellos egresados de los colegios secundarios provenientes de hogares de bajos ingresos que quieran hacer una tecnicatura de las ciencias duras que tienen que ver al modelo productor"
Además, trascendió que Cristina Kirchner y Lula Da Silva preparan un plan para apoyar a Evo Morales en su cargo como presidente, debido al convulsionado clima que se vive en Bolivia, luego del referendum revocatorio que Morales ganó con creces. Es sabido que el presidenta brasileño no comulga la idea de Chávez de construir un eje Caracas-Brasilia-Buenos Aires y no oculta sus diferencias con Chávez, a punto tal que evita mostraste en público con el venezolano.