El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, mide a su tropa para conocer con cuántos soldados cuenta en su pelea contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En el mismo lugar donde José Ignacio Rucci pasaba sus noches como líder de la CGT, en una vieja casa de la terraza reformada por Moyano, comunicada directamente con su despacho del quinto piso en la central obrera, el camionero reunió a los miembros del Consejo Directivo para un asado, saludó mesa por mesa a los cerca de sesenta dirigentes, y dijo a los comensales que estará al mando de la CGT hasta el 12 de junio, cuando venza su mandato, y que "se someterá a la voluntad de los compañeros".
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