El líder de la CGT Hugo Moyano sorprendió a propios y extraños al lanzar en el estadio de Obras Sanitaria una inusual advertencia de que se pasaría a "la vereda de enfrente" si el gobierno de la presidenta Cristina Fernández no respeta "los derechos de los trabajadores". Dejando atónito a seguidores y detractores, amenazó que en ese caso, movilizaría su numerosa y beligerante tropa a la mismísima Plaza de Mayo.
El pope sindical mostró los dientes al sentirse acorralado por el jefe del Gabinete Alberto Fernández y ante la inminencia de que la Justicia lo cite por el caso del turbio asesinato del camionero Abel Beroiz, según trascendió de fuentes gremiales. Es que la muerte del dirigente santafesino de su organización está cubierta por un manto de sospecha. Los investigadores están seguros de que no fue un intento de robos , sino un ajuste de cuentas de índole mafioso.
De acuerdo al diario La Nación, para Moyano, el culpable de todos su males es el Alberto Fernández. Por eso, ordenó a sus acólitos que recordaran las técnicas "lopezreguistas" del Jefe de Gabinete, en referencia a José López Rega, el tristemente célebre ministro de Bienestar Social de María Estela Martínez de Perón. Es que para el dirigente sindical, el accionar de ambos hombres es idéntico: influenciar sobre la presidenta de manera conspirativa.
Moyano es un habitual aliado del ministro de Planificación Federal Julio De Vido, el archirival de Alberto Fernández en la interna de los K. Por eso considera que el jefe de Gabinete está detrás de los intentos por desbancarlo de su posición de liderazgo dentro de la central obrera.
Esta tarde, los moyanistas harán una demostración de fuerza. A las 16, realizará un acto en el salón Felipe Vallese de la CGT junto con el Sindicato Unico de Trabajadores del Espectáculo Público (Sutep). De esta manera, confrontará con el acto realizado por los sindicalistas que se alinearon detrás de gastronómico Luis Barrionuevo.
Al acto moyanista, están invitados los ministros de Trabajo, Carlos Tomada, y de Planificación Federal, Julio De Vido, quienes prometieron su asistencia, aunque se especulaba que por lo compleja de la situación abierta, podrían llegar a pegar el faltazo. A sólo unos días de asumir , el oficialismo ya muestra grietas no menores entre sus distintas facciones. Habrá que ver si logran fumar la pipa de la paz y evitar que la sangre llegue al río.