Montevideo - La XXIV Cumbre de Presidentes del Mercosur arrojó mas optimismo que resultados concretos, ya que las asimetrías, el doble arancel y el código aduanero continúan siendo temas sin resolución a la vista. Además, continúan las dudas de Uruguay sobre los beneficios del Mercosur, mientras enfrenta un debate interno acerca de los beneficios de un acuerdo comercial bilateral con Estados Unidos, la Unión Europea o los países asiáticos, siguiendo el modelo chileno.
Contrariamente a lo ocurrido en cumbre anteriores, en esta oportunidad no hubo temas que opacaran el contenido de la reunión regional. En ese punto, resultó positivo que Argentina y Uruguay no insistieran con el conflicto por las pasteras en un ámbito como Mercosur. La exclusión del tema permite dejar en claro que el bloque regional es mucho mas que las controversias bilaterales.
Lejos de eso, Tabaré Vázquez y Cristina Fernández se esmeraron para ocultar cualquier disidencia, y se repitieron -sobre todo el uruguayo- en elogios mutuos. Pero acerca del proceso de integración, Fernández de Kirchner y "Lula" Da Silva advirtieron de inmediato que debían enviar rápidos gestos hacia uruguayos y paraguayos y, por eso, los presidentes de Argentina y Brasil coincidieron en pronunciarse a favor de una inmediata eliminación del doble arancelamiento que afecta a las naciones menores.
Está claro que la presidencia uruguaya hizo poco por sortear los obstáculos que presenta el bloque. Así quedó reflejado en la escasa convocatoria que hicieron los organizadores, y cuando ni siquiera realizaron la tradicional cena de bienvenida a los mandatarios visitantes. En diplomacia, son gestos con una sola dirección.
Sin embargo, el revés que recibió Tabaré Vázquez de su propia fuerza, el Frente Amplio, que rechazó un acuerdo de librecomercio con Estados Unidos y ratificó la importancia del Mercosur, aventaron los rumores sobre un posible alejamiento de Uruguay del bloque.
Quien todavía deberá aguardar un tiempo es Venezuela. Más allá de la voluntad política expresada por los países del Mercosur, el país que conduce Hugo Chávez aún debe cumplir una serie de trámites y requisitos arancelarios, que no se practican de un día para el otro.
Allí la Argentina -Cristina Fernández calificó de fundamental que Venezuela se sume, sobre todo por la importancia energética- intentará acelerar algunas gestiones durante la presidencia pro tempore. Lo que sí quedó plasmado en la cumbre, y despierta una optimismo general, fue la realidad de que la región está atravesando por una inmejorable situación económica de crecimiento, el mejor escenario para concretar la postergada infraestructura que necesita la región, así como concientizar a los gobiernos de la importancia de llegar a más mercados en una región que posee: recursos energéticos, agua, tierras y alimentos. Elementos en ascendente consumo en el mundo.