Eduardo “Bali” Bucca pasó por el Concejo Deliberante de Bolívar, ocupó su intendencia y hace dos años ingresó en el Congreso como el único representante del armado de Florencio Randazzo. Hoy busca un lugar en la pelea por la gobernación bonaerense que amenazan con monopolizar Axel Kicillof y la gobernadora María Eugenia Vidal. Quien es también médico y ultramaratonista, que llegó a correr más de 150 kilómetros en 30 horas, enfrenta este desafío como parte del armado de Consenso Federal, que impulsa la candidatura de Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey a la presidencia.
A pesar de lo que marcan las encuestas, Bucca insiste en que aún hay un espacio para un tercero porque, afirma, “la sociedad está cansada de los extremos”. Reconoce, eso sí, que enfrenta un fuerte desafío. Y asume que la clave está en lograr visibilidad en medio de una pelea entre dos polos que amenazan con acaparar el centro de la escena.
—¿Que diferencia hay entre hacer campaña en una ciudad como Bolívar, donde todos se conocen, y en una provincia tan grande como Buenos Aires?
—En algún momento en Bolívar no me conocían todos y tuve que recorrer casa por casa. Conectando con mis vecinos, generando empatía, eso que tanto se ha perdido en la política. Hoy tengo el mismo desafío pero en una provincia muy grande, donde vive mucha gente y que es muy extensa. También es diversa, hay ciudades que tienen dos mil habitantes y otras que tienen un millón y medio. Pero es un desafío hermoso que estoy haciendo con mucha energía y con mucho orgullo.
—¿Se puede encontrar un lugar entre los dos polos que parecen ocupar todo el escenario político?
—Entre los dos extremos creo que está el 98% de los argentinos, que en la provincia de Buenos Aires son parte del millón y medio de familias que no tienen vivienda y el 63% de niños que son pobres. Me cuesta pensar en un futuro donde la Provincia pueda ser realmente potente y que genere trabajo, que sea sana, que sea segura cuando más de la mitad de los niños son pobres. Por eso propongo un plan de primera infancia para cuidar los primeros mil días de los niños y una provincia productiva, donde el interior pueda generar valor agregado en alimentos. Y planteamos reformar el contenido de la educación, para que sea digital desde el inicio, fortaleciendo las escuelas técnicas y agropecuarias. Cuando planteo este tipo de cosas hay una atención muy importante de los vecinos y eso muestra la necesidad de salir de esta confrontación en la que no se discuten los temas importantes de la sociedad
—Hace dos años fue parte de Cumplir, el espacio de Randazzo. Hoy él está afuera de la política y cada uno de los que lo integraba está en un lugar diferente. ¿Cree que Consenso Federal será distinto y tendrá continuidad?
—Lavagna plantea esto como un proyecto de futuro, porque la Argentina necesita una alternativa que nos saque de los extremos. Porque los extremos dañan al país. Lo hablamos esta semana con Lavagna y con Juan Manuel Urtubey. Necesitamos que este camino se continúe hacia adelante, porque hay una verdadera demanda de la sociedad. No tengo dudas que esto va a ir tomando volumen con el paso del tiempo.
—Integró, por dos años, un Congreso que no logró muchas leyes. Hoy se habla de reformas y proyectos en la campaña. ¿Estima que será posible avanzar a partir del 10 de diciembre?
—No hay garantías de que el triunfo de cualquiera de los dos extremos nos vaya a llevar a la unidad nacional que necesitamos para salir. Por otro lado, vivimos de elección en elección, y esto hace que los que tendrían que levantarse todos los días para solucionar los problemas de la salud, la producción gasten gran parte de su energía en otra cosa. Creo que Roberto Lavagna es la persona que puede garantizar el consenso después de la elección.