Telam, la agencia oficial de noticias, acaba de contratar a Sebastián Lorenzo, un autoproclamado “cibermilitante” de las filas de la Generación K que viene saltando de puesto en puesto en el Estado. Ahora será “asesor Web 2.0” pero sus funciones serán las de siempre: promover la militancia rentada con fondos públicos.
Un profesional. Éste no es el primer “trabajo” de Lorenzo. Durante el último año, el sueldo se lo pagó el gobierno de Tucumán, aunque militó todo el tiempo en Buenos Aires y no dejó de vivir en el barrio de Palermo. Fue un activista clave para coordinar la campaña digital “ Sumate a Cristina”.
Sebastián Lorenzo no es él único militante que tarifa sus actividades digitales para promocionar la doctrina K.
Los cumpas. Como Lorenzo, Horacio Elsinger, Celina Janet Silva y Leonardo José Leccese también son militantes rentados y, también como el flamante asesor de Telam, perciben sueldos del gobierno de Tucumán.
Todos ellos jóvenes y dedicados a la cibermilitancia fulltime, los acompañan, en Mendoza, Alejandro Atanasio y, soplando vientos del sur, con sueldo de la Lotería Nacional, Agustín Clark. El ministerio de Planificación Federal de Julio de Vido también aporta. Le paga un sueldo de 1.200 pesos a Daniela Vilar, una de las líderes la cibermilitancia para la victoria.
Tucumán, Jardín de la República y casa matriz de la cibermilitancia. El líder de los jóvenes K es el abogado Javier Noguera (37), actual secretario de Grandes Comunas de Tucumán, y hasta diciembre pasado secretario de gobierno provincial. Íntimo del gobernador José Alperovich, y presidente de una fundación fantasma llamada Fundación Generación Libre, coordina la promoción en Internet de los proyectos K y es el puente con la caja estatal de donde salen los sueldos de los cibermilitantes.
Eso sí, se moderan con las cifras para no hacer demasiado ruido: en todos los casos cobran entre 1.000 y 2.400 pesos. Pero no trabajan, militan para el Frente para la Victoria.
* Editor de Perfil.com