La carta que intentó jugar el vicepresidente Amado Boudou fue que la Sala I de la Cámara Federal de Apelaciones apartara al juez federal Ariel Lijo de la causa Ciccone. Nunca se supo si eso iba realmente a suceder porque el magistrado se adelantó a los camaristas y llamó a indagatoria a los imputados del caso. Pero el juego continúa. Y ahora el vicepresidente apuesta a una carta que tal vez nunca imaginó que jugaría: dejar la culpa de lo sucedido sobre las espaldas de su mejor amigo y socio, José María Núñez Carmona.
El juez Lijo escuchará el martes la versión de Núñez Carmona, citado a indagatoria como miembro de la supuesta maniobra orquestada para quedarse con Ciccone. En los tribunales federales observan desde hace días cómo Núñez Carmona y Boudou comenzaron a dar señales de una nueva estrategia conjunta y crece la sospecha de que el martes Núñez Carmona intente despegar al vicepresidente. Durante su indagatoria, Boudou dijo que jamás le dio a su mejor amigo y socio “algún tipo de facultad para actuar en su nombre”. En la entrevista que concedió a Palabras más, palabras menos, Boudou dijo que la relación con Núñez Carmona “está mucho más fría. Son demasiadas cosas y estas cosas no repercuten sobre Amado Boudou sino sobre un gobierno. Le reprocho que él debía haberme puesto en conocimiento de algunas cosas para que yo le pudiera decir ‘esto no tiene sentido’”. Boudou aclaró que Núñez Carmona “siempre dijo que no tenía nada que ver”. “Prefiero creerle”, agregó.
Para el juez, actuaron juntos. Pero Núñez Carmona no es funcionario público, es empresario. Su rol es distinto al que supuestamente jugó Boudou. Está complicado por las acusaciones de los Ciccone, que lo señalan como el autor de amenazas de muerte.
Núñez Carmona, alter ego de Boudou en los negocios y en la vida, tiene la oportunidad de salvar al vice. O al menos de intentarlo, porque el juez Lijo parece convencido de que Boudou participó en la maniobra para quedarse con Ciccone Calcográfica.
Tres días después de la indagatoria de Boudou, y un día después de su aparición en TN, el abogado del vice, Diego Pirota, y su colega Débora Lichtman –ambos del estudio Richiarte– renunciaron a la defensa de Núñez Carmona. Hasta ese momento, la estrategia de defensa de ambos iba en paralelo.
En general, cuando un imputado cambia a su abogado justo antes de tener que presentarse a indagatoria busca ganar tiempo. Pero en este caso resulta difícil de creer. Desde hace meses, su defensa estaba al tanto de que entre mediados de mayo y junio el juez llegaría a cumplir su plan de trabajo: citar a indagatoria a los imputados.
Por eso, se sospecha que el cambio en la defensa de Núñez Carmona se debe a que a partir de ahora la mejor carta para el vice sea separar las aguas y reposar toda la responsabilidad de la compraventa de Ciccone en su socio y mejor amigo.
Hay otra opción: que Núñez Carmona se quede en el molde y busque también salvar su pellejo. ¿Por qué no?
El juez dijo: “Boudou y Núñez Carmona se habrían interesado en el negocio que implicaría adquirir Ciccone y lo habrían materializado a través de The Old Fund, puesto que (esta firma) permitía el anonimato de sus verdaderos dueños”. Lijo agregó: “La maniobra se habría materializado con división de funciones: Boudou habría aportado su condición de funcionario público y Núñez Carmona habría realizado, como privado, aquello que Boudou no podía, justamente por su cargo. En razón de que el ministro de Economía no podía adquirir el monopolio de la producción de billetes, y que Núñez Carmona no podía hacerlo debido a su pública relación con él, asignaron a Alejandro Vandenbroele ese rol”.