Desde el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, con un auditorio conformado por algunos gobernadores, empresarios, sindicalistas, piqueteros, dirigentes de derechos humanos y artistas, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo muchas alusiones indirectas a los ruralistas, aunque sólo una vez pronunció la palabra "campo", pero en un párrafo pronunciado con tono irónico.
Fue cuando se preguntó si un gesto de estadista sería decirle "a los sectores que durante 90 días hicieron lock out, no permitieron que otros trabajen y encarecieron productos, está bien, quédense con todo y vamos a ver qué hacemos el resto".
"Podría decirles después a todos los argentinos, el gobierno y el campo están en orden. Feliz Día de la Bandera", señaló sarcásticamente remedando la frase "La casa está en orden, Felices Pascuas", pronunciada por Raúl Alfonsín luego de la Semana Santa de 1987.
El tono usado por la primer mandataria para su discurso fue calmo, en dos oportunidades hizo señas para que no la interrumpieran aplausos y ese estilo neutro se impuso también hasta en su atuendo, ya que apeló a un traje sastre color gris, una camisa blanca y un pañuelo en el cuello estampado con discretos cuadros blancos y negros.
Desde las primeras horas de la tarde, la Rosada se transformó en el centro de la expectativa y hasta cambió su fisonomía habitual por un remolino de trabajadores que colocaban pantallas de televisión en los distintos salones y vallas de seguridad a la espera de la gran cantidad de invitados especiales.
En uno de los laterales del Salón Blanco se ubicaron los gobernadores encabezados por el bonaerense Daniel Scioli, el chaqueño Jorge Capitanich, el chubutense Mario Das Neves y el entrerriano Sergio Urribarri, en tanto el resto quedó en la segunda fila. Como era de esperarse, no estuvo el cordobés José Schiaretti, pero fueron muy notadas las ausencias de un habitual visitante del despacho presidencial como el santiagueño Gerardo Zamora, en tanto se aclaró que el sanjuanino José Luis Gioja, el mendocino Celso Jaque y el riojano Beder Herrera no participaron porque se encuentran fuera del país. Tampoco fueron de la partida el santafesino Hermes Binner, que mañana tiene acordada una audiencia con la presidenta para analizar el conflicto del campo, el correntino Arturo Colombi, o la fueguina Fabiana Ríos.
Por el sector empresario estuvieron, entre otros, Ignacio de Mendiguren, Cristiano Rattazi, Carlos de la Vega, Benito Roggio y Eduardo Eurnekián. Entre los artistas se vio bien ubicados a los músicos Leopoldo Federico y Teresa Parodi. Contrariamente a lo ocurrido en otras oportunidades similares, en esta ocasión fueron escasos los invitados que se quedaron a esperar una cámara o un micrófono para aparecer ante la prensa.
El titular de la CGT, Hugo Moyano, fue uno de los primeros en retirarse, en tanto los industriales esquivaron a los periodistas y sólo el piquetero Luis D'Elía se prestó gustoso a formular su opinión sobre el discurso presidencial y sumarse al pedido de "perdón" formulado por la jefa del Estado.
Fuente: DYN