La palabra "corrupción" jamás fue pronunciada por Cristina Fernández de Kirchner, desde que asumió la presidencia el 10 de diciembre de 2007. Nunca, ni siquiera para criticar la corrupción de los 90', la jefa de Estado usó ese término, que tanto repetía cuando era parlamentaria. ¿Por qué es la "corrupción" es una palabra tabú para CFK?
"La palabra corrupción no forma parte de la teorización psicoanalítica, es un término que tiene que ver con lo legal, y desde el punto de vista de algo que corrompe y tira por debajo la cuestión de la moral y de la ética", explicó a Perfil.com el psicoanalista Enrique Novelli, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), quien agregó que "el que una persona no lo mencione puede responder a una actitud netamente voluntaria o puede aparecer como algo que tiene que ver, desde el punto de vista de un mecanismo inconsciente, con una negación".
Novelli analizó que es complicado particularizar la situación porque habría que ver la singularidad de esa persona. "En el caso particular no podría decirle, pero hay como una posible declinación que se podría pensar desde el punto de algo corrupto como algo que pervierte una ley y en análisis es como una perversión, algo que pervierte un ordenamiento establecido", sostuvo.
El psicoanalista señaló que cuando surge una negación, desde el punto de vista del inconsciente, es porque hay un mecanismo que tiende a evitar que esa palabra aparezca: "La palabra lleva un sentido que puede promover cierta angustia, entonces el aparato psíquico funciona evitando el sufrimiento y el inconsciente lo reprime".
La Lic. Beatríz Goldberg, por su parte, expresó que "la pareja presidencial evita y niega siempre que haya un conflicto" en su Gobierno y la corrupción implica un problema interno a su gestión, por lo que nombrarla sería asumir su existencia. "Se evita lo interno, el conflicto siempre está en el exterior, es ajeno", graficó la psicóloga. Para Goldberg, cada vez que el Ejecutivo se encuentra en un suerte de crisis vinculada a la corrupción, como sucede hoy con el caso Jaime, "los discursos son siempre optimistas o viene un anuncio importancia, como las netbooks", dijo.
"En un momento de conflicto aparece algo positivo y es como un mecanismo de negación, todos evitan hablar desde los negativo, pero es un mecanismo de narcisismo de todos los presidentes", apuntó. "Se evita lo negativo, la corrupción no se nombra, al no decirlo no existe", concluyó Goldberg.
(*) de la redacción de Perfil.com