Las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) no sólo servirán para definir las candidaturas de las fuerzas que tengan internas, sino que funcionarán como un termómetro que marcará el clima de campaña de cara a las elecciones generales del 27 de octubre. Los que salgan bien parados, se verán fortalecidos. Y viceversa.
Al igual de lo que pasó en las presidenciales de 2011, las PASO prometen ser una gran encuesta que muestre cuál es la verdadera fuerza de cada espacio. Eso quiere decir que si están sobreestimadas o subestimadas, las preferencias pueden variar en las generales. Así fue como Hermes Binner, por ejemplo, salió cuarto en agosto y terminó segundo en octubre, o Eduardo Duhalde cayó del tercer al quinto lugar.
“Como sucedió en 2011, lo que muy probablemente suceda es que las PASO van a anticipar la distribución de fuerzas, va a producir señales de la que va a ser la contienda madre, la puja de poder por la sucesión presidencial entre Scioli y Massa”, opinó la socióloga Graciela Römer. Según ella, la posibilidad de una re-reelección de Cristina está casi desactivada y por eso quién está arriesgando su futuro es el gobernador bonaerense. “Me parece que una distancia sustantiva lo va a posicionar (al intendente de Tigre) como alternativa. Massa es levadura, y una buena diferencia lo infla”, argumentó.
Posición similar tomó Raúl Aragón, para quien “el efecto más fuerte es si el massismo ronda el 40% y el FPV no llega al 30”. “Se leerá como una mal negocio para las cuartas líneas, que acordarán para ir con los ganadores. Un mal agosto implicaría un peor octubre”, explicó. Por el contrario, consideró que “si la diferencia es cortita, Massa va a tener problemas para ser el gandor neto en octubre y el kirchnerismo despertaría cierta adhesión que hoy se le está yendo”.
Para Carlos Fara, en tanto, “cuanto más seguro sea el triunfo de Massa, menos incentivo a la polarización habrá”. Según él, “el principal efecto de las PASO es que en cada distrito marcara el ánimo de castigo que haya. En esos donde hay castigo, pero igual gane el kirchnerismo, se dará un proceso de polarización”.
En el caso porteño, según los analistas la gran incógnita será el desempeño de UNEN en octubre. “La suma no es uno más uno igual a dos”, aclara Römer, en referencia a los votos de ese espacio. Para Aragón, la diferencia que tengan con el PRO o con el kirchnerismo impactará en el desempeño posterior. Fara, por su parte, cree que quien gane esa interna “saldrá proyectado para adelante”, sobre todo Prat-Gay o Terragno “por ser más de centro”, aunque también abre interrogantes sobre la suma de los votos.