Miguel Angel Pichetto fue la sorpresa de la maratónica noche en el Senado, en la que el kirchnerismo consiguió dar media sanción a la cuestionada reforma del Código Civil. Es que el jefe de la bancada K admitió su desacuerdo con algunos puntos de la reforma, aunque adelantó que la iba a votar por disciplina partidaria y por la existencia de acuerdos políticos.
Pero no sólo dio a conocer que estaba en desacuerdo, sino que enumeró con fuertes críticas los puntos en los que no está de acuerdo, y por el que la mayoría de los opositores también hizo
hincapié. Así, tildó al texto original de tener "una ideología privatista del Derecho Civil por encima del Derecho Público" que "coloca al Estado como sujeto privado", y dijo que ello es consecuencia de haber sido elaborado por "civilistas".
"Tiene una matriz y tiene un pensamiento de los civilistas que no comparto, pero lo voy a votar igual", afirmó el rionegrino, quien además cuestionó la forma en que quedó "el artículo 19", que establece el reconocimiento de la vida humana "desde la concepción". Y apuntó: "Tengo un pensamiento laico: las cosas del Estado son del Estado y las de Dios son de Dios".
Aclaró que "como toda obra humana es perfectible", en el ámbito de la Cámara de Diputados "este debate pueda ser superado", aunque también adelantó que iba a votar la reforma por disciplina política, cosa que finalmente hizo, al contestar una pregunta desde la bancada de la UCR sobre las razones por las que acompañó la medida, informó DyN.
Luego, sumó el punto que colmó la ya disipada paciencia radical, al plantear que el oficialismo sólo iba a incorporar dos modificaciones a la reforma vinculada a "los derechos de las provincias a plantear plazos de prescripción en materia impositiva", referidas al "derecho público provincial o municipal" impulsadas por legisladores del oficialismo.
Fue ahí cuando el radical mendocino Ernesto Sanz se quejó de la actitud del peronismo y afirmó que se trataba de "un agravio a la oposición", ya que "las únicas propuestas que aceptan son las que hacen miembros del oficialismo".
"Esto hace que a este Código lo voten ustedes solos", advirtió. Y agregó, señalando a Pichetto: "Ni siquiera están conformes en el propio oficialismo con el Código".
De acuerdo con el jefe del bloque K, el proyecto oficial incluye más de 150 modificaciones, entre ellas algunas pedidas por la Iglesia como el reconocimiento de la vida "desde la concepción" (en contrario al texto original de la comisión redactora que establecía que "comienza con la concepción en el seno materno"), que va contra la posibilidad de legislar el aborto.
También se estableció la eliminación de todo lo referido a la fecundación asistida post mortem y la gestación por sustitución (alquiler de vientres), reclamos efectuados por la Iglesia y que provocaron malestar en filas K y restaron apoyo de la oposición.
Se quitó asimismo el párrafo referido a la concepción en "el caso de técnicas de reproducción humana asistida", que decía que "comienza con la implantación del embrión en la mujer", pero se mantuvo la simplificación del trámite de divorcio por "petición de ambos o de uno sólo de los cónyuges", la posibilidad de firmar acuerdos prematrimoniales y mejoras a los procesos de adopción.
El artículo 765, en tanto, deja abierta la puerta para una eventual "pesificación" de los acuerdos económicos, ya que habilita la posibilidad de saldar deudas tomadas en moneda extranjera con "el equivalente en moneda de curso legal".