(Desde Ginebra)
El juez Sebastian Casanello y el fiscal Guillermo Marijuan pidieron a Suiza los datos de diez cuentas, en cuatro bancos locales, atribuidas a Lázaro Báez, sus cuatro hijos (Leandro, Luciana, Martín y Melina), dos de sus colaboradores (Jorge Chueco y Daniel Pérez Gadín) y a la financiera Helvetic Services Group, “gerenciada” por el italo-argentino Néstor Marcelo Ramos, residente en Suiza. Así lo indica un exhorto admitido por las autoridades federales en Berna.
No parece casual que el clan Báez haya utilizado tres de las instituciones financieras que paralelamente aparecen en los escándalos brasileros de la petrolera Petrobras y de la constructora Odebrecht, por los que Suiza tiene bloqueados 800 millones de dólares en unas mil cuentas: los bancos Lombard Odier, J. Safra Sarasin y PKB.
La solicitud de ayuda judicial argentina busca “completar acabadamente el circuito de lavado de dinero ilícito” de Báez, a través de “una maniobra de fraude fiscal mediante la facturación apócrifa y empresas fantasmas”, que fue “llevada a cabo con la participación y la complicidad y/o encubrimiento de las máximas autoridades del organismo federal de recaudación de impuestos (AFIP)”.
Interesados en “reconstruir los eslabones intermedios de la cadena de blanqueo”, es decir “los momentos posteriores a la clandestina fuga del dinero hacia el exterior y previos a que parte de ese dinero retornase en forma velada para ser incorporado al patrimonio de Lázaro Báez”, los magistrados solicitan a Suiza las pruebas documentales de una presunta cuenta del empresario en el banco PKB de Lugano, con el seudónimo de “messier 31”. Ese banco se halla implicado en el tráfico de coimas de Petrobras y Odebrecht que sacuden Brasil, y es investigado por las autoridades suizas de vigilancia bancaria (Finma).
Casanello y Marijuan también piden por otras cinco cuentas en el banco J. Safra Sarasin de Ginebra, que tendrían como beneficiarios a los cuatro hijos de Lázaro Báez (Leandro, Luciana, Martín y Melina), tres de ellas bajo cobertura de las compañías panameñas “Foundation Kinsky”, “Tyndall Limited Inc.” y “Fromental Corp.”, y las dos restantes a nombre de la sociedad española “Wodson International SA”, controlada originalmente por la suiza Helvetic Services Group.
El reclamo de documentación bancaria de cuentas se extiende a otras cuatro. Dos en el Banco Lombard Odier de Ginebra, cuyos titulares serían la “offshore” de utilería “Teegan Inc.”, “constituida en Belice y radicada en Panamá”, y la instrumental panameña “Tyndall Limited Inc.” Una tercera remitiría al Citibank de Ginebra, con la titularidad de la panameña “Redwood Associates Corp.”; y por último una cuarta de “Helvetic Services Group”, con cuenta en el ya mencionado J. Safra Sarasin de Ginebra.
En 2013, Suiza abrió una investigación penal, que localizó 22 millones de dólares depositados en los bancos de Ginebra Lombard Odier y J. Safra Sarasin por “sociedades emparentadas con la familia Báez”, y se enumeraron diez cuentas, cinco de las cuales habrían pertenecido a los cuatro hijos. No obstante, el caso se archivó en 2014 al no poderse “determinar si los fondos eran de origen corruptivo”, y tras conjeturar respecto a una supuesta pero en realidad inexistente “falta de mérito” en el procedimiento argentino por lavado de dinero, evidentemente un error. Sin embargo, Casanello y Marijuan dieron vuelta la página sobre los de-sencuentros con Suiza y ahora urgen recibir “copias certificadas” de “los testimonios de los representantes legales” de esos dos bancos, recabados entonces por la fiscalía suiza.
* Autor de “Las bóvedas suizas del kirchnerismo”.