En medio de una huelga de transporte de alcance nacional a la que adhirió la Confederación General del Trabajo de Hugo Moyano, la CTA de Pablo Micelli y otros gremios de izquierda, la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó un acto desde el partido bonaerense de La Matanza.
Desde dicha localidad, la mandataria realizó diversas videoconferencias mediante la cual inauguró una línea de producción de una fábrica mexicana en Pablo Podestá, un paseo costero en Entre Ríos y una canilla de González Catán, a modo simbólico, por las obras pluviales efectuadas.
Ya en Cadena Nacional, la Presidenta, visiblemente emocionada, comentó que, cuando se inició el período kirchnerista, en La Matanza “no había agua potable, no había cloaca, no había nada, los chicos iban al colegio a comer, y te recibían como si estuvieran en el mejor de los mundos”.
En relación a las obras inauguradas en La Matanza, celebró que Néstor Kirchner haya “tomado la decisión de retomar las viejas obras de las aguas privatizadas y convertirlos en Aysa. A partir de las cooperativas de agua más trabajo, que inundaron la provincia y el país a lo largo y a lo ancho hoy podemos decir con orgullo que La Matanza es el lugar donde más metros de red de agua potable se han tendido en los últimos 10 años a nivel global reconocido internacionalmente”.
Huelguistas oligarcas. “Por eso, hoy el pueblo de La Matanza no está de paro, se volcó a la calle, pero yo no me enojo: si hubiera habido transporte, no hubiera habido paro general”, afirmó Cristina en un mensaje directo a la conducción sindical que se movilizó, entre otros motivos, por el impuesto a las Ganancias, que entre otras distorsiones, hoy pagan aquellos trabajadores que cobran 15 mil pesos en bruto como mínimo.
“Compañeros trabajadores, yo me acuerdo de esa legendaria figura de Evita cuando fue a hablarle a los ferroviarios, y dijo que le entendía el frío de los oligarcas”, sostuvo la mandataria, para luego aclarar que no quiere compararse, pero “por favor, se olvidan que no había convenciones colectivos de trabajo y tenemos una dirigencia sindical que convoca al paro”.
Rusito. Cristina cargó contra Luis Barrionuevo, dirigente de la CGT Azul y Blanca, quien se refirió al ministro de Economía como “rusito”. Al respecto, Cristina afirmó que “uno de ellos, emblema de los noventas, que se refería a nuestro ministro de Economía como rusito por ser judío, estoy esperando a ver si algun integrante de la comunidad judía le va a hacer alguna denuncia”.
Ruego. La mandataria pidió “a todos aquellos que en estos casi 12 años, después de aquel desastre fueron subiendo escalón por escalón, por favor, no se olviden, miren un cachito para atrás y vean que todavía tengo gente al pie de la escalera que todavía tengo que hacerle subir el primer escalón, para poder progresar, para poder incluirse, en la salud, en la vivienda, en el agua, en el gas, a lo largo y a lo ancho de todo el país”.
Luego de recordar qué es lo que estaba inaugurando –en definitiva, el motivo de la Cadena Nacional– Cristina afirmó estar “orgullosa de tener uno de los índices de desocupación más bajo”, para volver a pegarle a los huelguistas: “En el mundo contemporaneo, donde los obreros y los trabajadores los gremios se movilizan para que no los echen ni les cierren las fábricas, que acá los trabajadores que son mejores pagos, que son el 10%, no le permitan al otro 90% ir a trabajar...estamos perjudicando a muchos argentinos, me da mucha verguenza, no es justo”.
“En el fondo, todos los sabemos, que no se trata de reivindicaciones obreras, se trata de oposición”, disparó la Presidenta para luego sostener que “todo el mundo tiene derecho a ser opositor, hasta un dirigente sindical”. A continuación, volvió a un clásico del discurso kirchnerista: “quienes se sientan representantes de la voluntad popular tienen que presentarse a elecciones, no llevar actitudes que le hacen mucho mal a los trabajadores”.
Temor a futuro. “No quiero que en el día de mañana, cuando no esté en el gobienro, creo que no va a suceder porque vamos a seguir siendo gobierno, no quiero sinceramente ver a ningún trabajador ni dirigente sindical tener que convocar a un paro porque le bajaron los salarios”, afirmó Cristina, para luego recordar que “esto pasó en Argentina: 13% a docentes, empleados públicos, jubilados. No quiero ver huelgas porque no convocan a paritarias”.
Enfocada en la crítica a la dirigencia sindical, la mandataria afirmó que “si tienen que seguir habiendo huelgas porque un puñado de trabajadores no quieren colaborar con el resto, me lo voy a bancar, porque me siento con espalda para bancarlas. Pero por favor les pido, que piensen en los hermanos y hermanas que todavía les falta trabajo. Piensen en los que se levantan a las 4 de la mañana para tomarse el tren, que el que lo maneja gana 4 o 5 veces lo que gana el pobre tipo que después se toma un coelctivo para ir a un trabajo donde ni siquiera lo tienen registrado. Piensen en ellos, y en el país, sobre todo en momentos tan dificiles donde un mundo complejo va a exigir que seamos cada vez más eficientes”.