Fiel a la máxima política de “divide y reinarás”, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner juega para los comicios gubernamentales que se realizan este domingo en Tucumán con dos candidatos de su propio riñón: José Alperovich, que va por el Frente para la Victoria y aspira a seguir gobernado Tucumán por cuatro años más, y Stella Maris Córdoba, una diputada ultra K que se postular por el partido Proyecto Popular, que pretende disputarle el territorio.
La doble apuesta apunta a mantener controlado al caudillo tucumano, que no descarta en un futuro convertirse en un postulante presidencial de cara a 2015. En la Casa Rosada no desmienten el dato de que Cristina no confía profundamente en la lealtad del gobernador tucumano.
Alperovich encontró en Córdoba a su más férrea opositora, ya que sin pelos en la lengua atacó la parte más sensible de la gestión del mandatario tucumano al poner especial enfásis en el pacto que realizó el mandatario con algunos ex bussistas que lo acompañan camino a la reelección desde la función pública y la Legislatura provincial: “Eso atenta contra la política de derechos humanos que ha llevado adelante el Gobierno nacional”, se queja la diputada.
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