Sopa química: Se denomina así al fluido químico que se utiliza para separar los metales de baja ley (oro, plata, cobre, etc.) del suelo al que se encuentra adherido. En general las empresas utilizan cianuro de sodio y ácido sulfúrico, un sistema “perverso” para la tierra.
Drenajes ácidos: La actividad minera magnifica la posibilidad de que surjan drenajes ácidos de roca que contaminan gravemente el agua. El elemento nocivo aparece cuando las rocas (que contienen sulfuros) entran en contacto con el aire o el agua y crean el ácido sulfúrico utilizado para disolver metales preciosos.
Aire con arsénico: Cuanto más diseminados están los minerales más dinamita se necesita para volar montañas. Al hacer explotar las rocas quedan en suspensión partículas de arsénico -existente en cantidad abundante en la cordillera de Los Andes-, que termina por depositarse en los acuíferos. Esto contamina los ríos utilizados para la provisión de agua potable, la agricultura y la ganadería.
Lixiviación: La minería de baja ley requiere más cianuro de sodio para lixiviar (proceso químico por el cual se desprenden los minerales preciosos de los no utilizables) y extraer el oro o la plata. Para extirpar el cobre de la roca, por ejemplo, se utiliza ácido sulfúrico.
Cianuro: Es el compuesto que se debe utilizar para extraer oro. Las exposiciones a dosis elevadas daña el cerebro y el corazón y dejar a una persona en estado de coma o provocarle la muerte. En menor escala de exposición ocasiona problemas respiratorios, dolores cardíacos, vómitos, alteraciones en la sangre, dolores de cabeza, y crecimiento de la glándula tiroides.
Diques de cola: La “sopa química” se cocina en los llamados diques de cola, en explotaciones de minas a cielo abierto. Son como enormes lagunas, en las que membranas plásticas o geomembranas deberían impedir que los drenajes ácidos lleguen a las napas. La roca se riega día y noche con químicos, y a través de unos conductos va cayendo el tan esperado líquido precioso. Esto va a parar a una fundición y ahí se enfrían creando lingotes doré de más de 30 kilos, que son exportados.
Cal: Para que esa laguna ácida no sea peligrosa, su PH ácido es neutralizado con cal. Sin embargo, cuando la mina queda inactiva la empresa deja de hacerse cargo de este control y éste recae en manos del gobierno de turno.
Agua y energía: Aunque los informes ambientales de las mineras sostienen que el insumo principal para la explotación es el cianuro de sodio –se utilizan más de 190 toneladas mensuales en promedio- y la cal, lo más requerido es el agua –una mina tipo utiliza 1000 litros de agua por segundo- y la energía. Si en San Juan, Barrick Gold explotara simultáneamente las minas de Veladero, Pascua Lama y Penélope, utilizaría la energía equivalente a la que produce Atucha I.
Saqueo: Además de la plata, el oro y el cobre, las empresas mineras se llevan minerales estratégicos como el Uranio, el Niobio (con el que se hacen las baterías de larga duración de los celulares) y minerales similares al Coltan. Por esa yapa, no pagan un peso.
Fuentes:
Javier Rodríguez Pardo, miembro del Movimiento Antinuclear del Chubut (MACH), la Red Nacional de Acción Ecologista (Renace) y la Asamblea Coordinadora Patagónica Por la Vida Contra la Contaminación y el Saqueo.
Informe de Greenpeace. “No todo lo que brilla es oro”, elaborado por Verónica Odriozola, en enero de 2003.