El testimonio de Enrique Alfonso Severo, quien desapareció y fue hallado casi un día después, es fundamental en la jornada de hoy del juicio por el crimen de Mariano Ferreyra porque daría cuenta de cómo se había organizado y armado la patota que reprimió, hirió y mató a manifestantes a favor de los tercerizados ferroviarios, como lo era el joven militante del Partido Obrero.
Severo había declarado ante la Justicia, un día después que mataron a Ferreyra, cómo se habría organizado la patota ferroviaria para frenar la protesta, había revelado dónde se habrían guardado armas y dibujó un croquis con la supuesta estructura que comandaba José Pedraza, titular de la Unión Ferroviaria y sentado en el banquillo por el crimen del joven.
Antes de declarar en la fiscalía había sido llevado a las oficinas del Ministerio de Justicia para ver al ministro Julio Alak-con quien finalmente no se entrevistó-, donde se le garantizó que se ponían "a su disposición", según la declaración que prestó en la etapa de la instrucción a la que accedió DyN.
Severo -nacido el 16 de febrero de 1962- había entrado en 1995 como peón a la empresa Ferrobaires hasta que en 2011, cuando se desempeñaba como gerente en el área de Contingencia, lo suspendieron en su cargo sin motivos.
En la noche del 20 de octubre de 2010, día en que mataron a Mariano Ferreyra, balearon su casa con dos armas, calibre 40 y 45, desde un auto o una moto que pasó por allí cuando estaban por dormir, según le contó a la Justicia en su declaración.
Aquel ataque, dijo, ocurrió 24 horas después de que se negara a participar de la represión a los tercerizados que se estaba organizando y que terminó con la vida del militante del Partido Obrero.
"Lo que puedo decir es lo que ocurrió el 19 de octubre de 2010 en la estación Constitución en las oficinas de la UF. Allí fueron citados la totalidad del personal de Ferrobaires por Humberto Rolando Martínez -delegado de la UF- para constituirse el 20 de octubre e impedir que los tercerizados cortaran las vías, para 'hacerles el aguante'", relató, según consta en la causa.
Allí aportó un croquis dibujando distintas sedes de la avenida Hornos, en Constitución, y explicó que la UGOFE "es manejada de hecho por Antonio Luna, Subsecretario de Transporte, mientras que el delegado es Pablo Díaz y (Juan Carlos 'Gallego') Fernández es el directivo de la línea Roca Lista Verde". Aporto ahí detalles de la escala jerárquica encabezada por Pedraza.
La importancia de su testimonio radicaba en que conocía a la mayoría de los protagonistas que habían sido registrados por las cámaras de televisión avanzando sobre el grupo en el que estaba Mariano Ferreyra.
Pero además el testigo aseguró que se solía practicar tiro en las dependencias ferroviarias y explicó dónde se habrían escondido las armas.
"En el Museo Ferroviario Bonaerense, ubicado en la calle Güemes al 600 de Avellaneda, aparentemente estarían las armas utilizadas por la gente de (Unión) Ferroviaria (...). Todo el mundo lo sabe, es vox populi, es el comentario. Hay gente que los vio y no se animan a declararlo. Y yo no puedo acercarme ahí porque no me dejan entrar. Hay mucha gente que no se quiere involucrar. Practican tiro todos los días en el sector de encomiendas", aseguró.
Los detalles de estas afirmaciones iban a ser ratificados, ampliados o rectificados en el marco de la declaración que Severo debía prestar hoy en el juicio oral y al que nunca llegó.