Los miebros del nuevo Gabinete de Cristina jurarán esta tarde. Entre los cambios figuran pocos nombres nuevos. Cristina ratifica el rumbo político y económico del Gobierno y, sobre todo, presenta una grilla de funcionarios fieles a Néstor Kirchner. Los que se alejan tienen sus motivos.
"Estoy cansado de que estén lijando todos los días", le recalcó el renunciante ministro de Economía, Carlos Fernández, a la Presidenta de la Nación cuando ayer decidió presentarle su renuncia. Los rumores sobre su desplazamiento lo incomodaron y su alejamiento obligó a Cristina Kirchner a acelerar los cambios en su gabinete, a pesar de que una semana antes, en conferencia de prensa, había negado nuevos nombres.
Sergio Massa, el Jefe de Gabinete en retirada, asumirá nuevamente la intendencia de Tigre dentro de dos semanas, cuando se termine su licencia. El diputado electo testimonial se retira del Gobierno nacional sin haber podido conquistar a Néstor Kirchner y sin lograr uno de sus máximos compromisos al asumir: trasparentar el INDEC.
Ambos renunciantes habían reclamado, además, la remoción del polémico secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, el fiel soldado K.
José Nun abandonó la secretaría de Cultura de la Nación. En su lugar, entra el cineasta Jorge Coscia, investigado por la Justicia por presuntas irregularidades en el otorgamiento de subsidios cuando era titular del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisales. Nun deja su despacho luego de un largo reclamo por un aumento de presupuesto para su área, que nunca llegó. Con su alejamiento, el Kirchnerismo pierde a uno de los intelectuales K de mayor renombre y a un prestigioso investigador en Ciencias Sociales y Políticas.
Días de renuncia. Los nuevos cambios de Gabinete se suman a los ya concretados desde la derrota del oficialismo en las urnas. Graciela Ocaña, al frente de la cartera de Salud, presentó su renuncia el 29 de junio, un día después de las elecciones. Los rumores habían tascendido desde hacía tiempo, aunque "la hormiguita" se encargó de desmentirlos. Sin embargo, internas con el líder de la CGT, Hugo Moyano, y su intención de postergar las elecciones por el avance de la gripe A, sonaron con fuerza entre los motivos de su apartamiento.
Dos días después, el 1 de julio, Ricardo Jaime, el entonces secretario de Transporte, también abandonó el barco K. "He cumplido una etapa y ratifico plenamente mi pertenencia, mi lealtad, mi compromiso y mis convicciones con el proyecto que lleva adelante desde el punto de vista político e institucional, la compañera presidenta y el compañero Néstor Kirchner", señaló.
El polémico funcionario estaba otra vez en el centro de la polémica debido a una denuncia por vuelos privados en un lujoso jet con patente norteamérica y por aceptar pasajes de empresas a las que su suponía debía auditar como Cometrans, principal accionista de Trenes de Buenos Aires (TBA), compañía que recibe subsidios millonarios del Estado.