Dos dirigentes políticas que tienen una lucha de egos. Por estas semanas esa frase se convirtió en el latiguillo perfecto de dirigentes políticos y analistas de medios de comunicación que buscan entender la nueva disputa política entre Elisa Carrió y Margarita Stolbizer. De cara a 2017, quizás ambas dirigentes tengan que convivir dentro de Cambiemos, ya que el PRO quiere convencer a la líder del GEN para que sea la candidata en Buenos Aires frente al ascendente Sergio Massa, que también pelea por tenerla de su lado.
Más allá del contexto particular de esta nueva campaña, ¿cómo es la relación entre ambas? ¿cómo pasaron de un origen común dentro del radicalismo a no hablarse durante años? ¿Porqué se aliaron dentro de la Coalición Cívica a pesar de la mutua desconfianza? ¿Pueden volver a convivir dentro de un mismo espacio político? Todas esas preguntas se van respondiendo cuando uno va a los archivos y habla con sus entornos. Pero no solo los actuales, sino que hay que volver a la década del '90.
UCR y Storani. Durante los '90, Stolbizer y Carrió integraron la Corriente de Opinión Nacional (CON), ala interna del radicalismo que lideraba Federico Storani. Quienes participaron de ese espacio repiten lo que marcan todas las fuentes consultadas. Que Stolbizer siempre fue más orgánica hacia la pertenencia dentro del partido y Lilita más personalista. Un hombre del radicalismo, graficó de esta manera el accionar de la chaqueña: "Teníamos que debatir la reforma constitucional de 1994 y ella era parte de la Constituyente. En la primera reunión dijo que estaba en contra del núcleo de la reforma. Generó debate muy fuerte dentro del bloque. Se definía alfonsinista de pura cepa pero estaba en contra. Aprobamos la ley, pero dejó en claro su estilo".
Cuando La Alianza con Fernando De La Rúa llegó a la Casa Rosada, el poder trajo consigo las primeras diferencias políticas entre ambas que ya eran diputadas (Carrió desde 1995 y Stolbizer desde 1997). Storani pasa a ser ministro del Interior y Carrió queda herida con su forma de trabajo. "Ambas eran muy trabajadoras y se ganaron su espacio sin ayuda de nadie", explica un diputado de aquel entonces. La primera discusión dentro del interbloque ya provocó internas. "Recién había asumido 'Chupete' y teníamos que aprobar la reforma impositiva que incluía la 'tablita de Machinea'. Cuando se trató el tema de unos impuestos internos que gravaban productos del interior Carrió se opuso y empezó a tejer alianzas con otros sectores, aunque se mantuvo adentro del bloque".
Otro diputado de esa época relató el clima de entonces: "Las estrellas eran (Nilda) Garré y Carrió. Pero Margarita estaba ganando terreno y era la niña mimada de muchos dentro de la UCR. Bien orgánica, ella repetía la necesidad de mantener la unión del partido, una visión que Lilita siempre despreció". En el 2000 se da el primer gran enfrentamiento entre ambas cuando se discute la ley de Reforma Laboral. "Margarita era presidente de comisión de Trabajo y miembro informante, quien llevó adelante las negociaciones. Lilita estaba en las antípodas. Se dejaron de hablar", señaló una fuente parlamentaria. Carrió se separó y empezó a abandonar el bloque con nuevas alianzas con sectores del socialismo y del Frepaso.
Lavado, Cavallo y ruptura. Año 2001. Comisión Investigadora de Lavado de Dinero. Carrió y Stolbizer se ven obligadas, nuevamente, a convivir. "Lilita la ninguneaba porque no consideraba que Margarita fuera especialista en esos temas", recuerda una fuente que aún tiene diálogo con ambas. ¿Cómo termina esa historia? Cada una presenta su dictamen. El otro lo presenta la entonces diputada Cristina Fernández de Kirchner. El dictamen de Lilita no perdona a los radicales y, en cambio, Margarita deja mejor parado al partido. Otra vez el personalismo contra lo orgánico. El quiebre definitivo llega con la designación de Domingo Cavallo como ministro de Economía y el impuesto al cheque junto a los "superpoderes". Carrió rompe por completo. Margarita "se traga el sapo" y se mantiene dentro de la UCR.
Nuevos aires. Pasaron años hasta que volvieron a hablarse. Pasó la elección que ganó Néstor Kirchner, en la que Carrió fue por la presidencia con el ARI, su nuevo partido, y Stolbizer candidata a gobernadora de Buenos Aires por la UCR. Sin embargo, en 2007 fue Margarita la que abandonó el centenario partido cuando se decidió que sea Roberto Lavagna el candidato presidencial. Ella buscaba que el apoyo sea para Carrió.
Tras el portazo, funda el GEN y ambas recomponen el diálogo, pero no la relación. Se integra a la Coalición Cívica. Recomponer es una forma de decir, ya que quedó en evidencia la estricta necesidad política. Se reunieron en casa de Carrió, sellaron la paz pero nunca mantuvieron contacto directo. Delegaron la relación "hacia abajo". Por el lado de Stolbizer, Gerardo Millman (hoy en el Ministerio de Seguridad) y Marcelo "Oso" Díaz. Del lado de Carrió, Walter Martello, Adrián Pérez y Horacio Piemonte. "Cuanto menos se hablaran, mejor era. Fue una necesidad política. En esa campaña era muy difícil verlas juntas", lamentó uno de los armadores.
La elección dejó un sabor agridulce. Carrió quedó segunda detrás de Cristina Kirchner con el 23 por ciento de los votos. Stolbizer en PBA obtuvo el 16.6 por ciento. Con los resultados en la mano, Lilita le pasó factura diciendo que sacó menos votos que ella a nivel nacional. Pasaron dos años de esa nueva alianza y se produjo un nuevo divorcio.
Diálogo. Año 2009. Se conforma el Acuerdo Cívico y Social, en una alianza conformada por la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica y el Partido Socialista para las elecciones legislativas. Tras la campaña, el kirchnerismo llama al "diálogo" con las fuerzas políticas de la oposición a través del ministro del Interior, Florencio Randazzo. ¿Había que ir? Carrió se niega. Stolbizer no deja en claro su posición y no hay debate interno. El 15 de julio Randazzo se muestra junto a Margarita y Gerardo Morales (UCR), entre otros. Carrió explota de ira y llama por teléfono a los diputados de Buenos Aires. La orden es clara: Se rompe el bloque en la provincia donde Stolbizer era más fuerte. Fuentes del entorno de Lilita aseguran que había algo más. "Ella se enteró de algunos arreglos espurios del GEN y encontró la excusa perfecta". Lo insólito del caso es que el trabajo de ambos equipos, más allá de las figuras principales, era excelente, según relataron legisladores de ese entonces.
Estilos. Las fuentes consultadas de ambos lados coincidieron en un aspecto. Que Carrió siempre fue personalista y marcó sus límites aunque eso perjudique su espacio y que Stolbizer es más pragmática y verticalista al momento de defender la construcción colectiva.
Luego hay gustos políticos. Los que defienden a Carrió plantean que nunca votó algo que no consideraba justo y que, a diferencia de Stolbizer, "no pelea cargos para su partido en los cierres de lista porque ve más allá".
En cambio, del lado de Morón las críticas hacia Lilita son que, a pesar de ser "creativa" la hora de crear alianzas "luego las destruye". "Se hace lo que ella dice o te pega con un caño", repiten. Un exaliado de la chaqueña agregó: "Carrió tiene problemas emocionales con gente que puede descollar, que le puede hacer sombra. Eso influye cuando observás su tirante vínculo con Margarita".
Una dirigente que conoce hace varios años a Carrió desmiente ese rasgo, ya que "Lilita nunca la vio como competencia, porque no la ve como una par. Ella cree que sus pares tienen que ser mas formados". Esa misma fuente asegura que la diputada le dijo a María Eugenia Vidal que ella no tenía ningún problema en que Stolbizer se sumara al PRO y sea candidata en 2017. ¿Podrían convivir en un mismo espacio? "Sin dudas porque ahora sería distinto, ya que la negociación la tendrá que seguir Vidal, no Carrió". Si bien falta mucho para la elección, no se trata solo de una cuestión de egos. El archivo lo deja en claro.