Este 27 de diciembre se cumplió un año de la fuga de los hermanos Cristian y Martín Lanatta, la cual tuvo en vilo a toda la opinión pública. Precisamente esta semana hubo novedades provenientes de la Justicia. La Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó este miércoles los recursos de queja y dejó firmes las condenas a prisión perpetua a los hermanos Cristian y Martín Lanatta, por el denominado triple crimen de General Rodríguez, registrado en esa localidad bonaerense en 2008.
De esta forma, quedó firme la resolución dictada el 20 de diciembre de 2012 por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de Mercedes, que aplicó la pena máxima a Cristian y Martín Lanatta.
En paralelo, se encuentra aún a estudio de la Corte la apelación presentada por los también hermanos Víctor y Marcelo Schilacci, condenados en el mismo debate oral, pero todavía no fue resuelta.
Los cuatro fueron hallados coautores del delito de "privación ilegal de la libertad agravada en concurso real con homicidio agravado por ensañamiento, alevosía y por la participación de más de dos personas" de los empresarios Sebastián Forza (34), Damián Ferrón (37) y Leopoldo Bina (35).
Para el tribunal 2 de Mercedes, el móvil de los homicidios fue que las víctimas querían entrar al negocio del tráfico de efedrina y esto ponía en riesgo el negocio de Martín Lanatta y, su socio, el empresario farmacéutico Ibar Pérez Corradi (38), considerado hasta ayer el ideólogo de los crímenes en el debate pero quien en las últimas horas fue beneficiado con una falta de mérito dictada por la jueza federal María Servini de Cubría.
PERFIL dialogó con el abogado Humberto Próspero, quien había asumido precisamente la defensa de los hermanos Lanatta y Schillaci un mes antes de que se produjera la fuga. Recientemente los condenados decidieron cambiar de defensa en la causa del Triple Crimen pero siguen con los servicios de Próspero en las causas federales que mantienen en la Provincia de Santa Fe.
Sobre la confirmación de la condena por parte de la Corte, opinó: "En realidad ya estaban con sentencia firme desde Casación de la Provincia de Buenos Aires, porque el letrado que los defendió en el juicio oral de Mercedes no apeló".
En cuanto a si los Lanatta y Schillaci tienen aún alguna posibilidad jurídica, explicó: "Pueden aplicar algo parecido al caso Carrera, un recurso de inaplicabilidad de la ley. Es que el juicio de Mercedes fue un montaje, ya tenían escrita la sentencia antes de juzgarlos. El fallo de Servini toma distancia sideral de aquella sentencia. Creo que ya empieza a vislumbrarse que era una mesa con patas falsas. Es cuestión de tiempo que se investigue de verdad. Hasta podría llegar a darse la nulidad del juicio o que se tenga que hacer de nuevo. El fiscal Bidone ya lo tenía guinado y el tribunal repitió todo. No hubo pruebas, sólo testimonios de otros presos, pero prueba directa ninguna".
Y lanzó: "Evidentemente, con el juicio de Mercedes quedó claro que estuvo manejado por el poder político o vaya uno a saber quién".
Sobre los recuerdos de la fuga propiamente dicha: "Estuvo todo preparado. Les sacaron las cámaras en donde estaban. Les hacen filmar un video en donde se retractan de todo lo que dijeron de Aníbal. Pero luego se desviaron del plan. Fue una fuga dentro de otra fuga. Se fugaron de la fuga controlada. Ven en el camino de la fuga delante de ellos una serie de personajes y decirse salirse. Y ahí terminan en Santa Fe empatanados".
Los detalles del caso. En medio del derrotero judicial de la causa, el 27 de diciembre del año pasado, los hermanos Lanatta y Víctor Schillaci huyeron del penal de General Alvear tras robar un auto Fiat 128 que estaba estacionado en el playón de la cárcel, y llevarse cautivo a un guardia, a quien abandonaron unas cuadras más adelante. Mientras permanecieron prófugos, los evadidos balearon a dos efectivos de la Policía bonaerense durante un control de tránsito en la localidad de Ranchos e hirieron a otros tres gendarmes durante los procedimientos que terminaron con las recapturas en Santa Fe.
En esa provincia, los tres serán sometidos a juicio oral en los próximos meses por las privaciones ilegales de la libertad de un ingeniero agrónomo, el sereno de una planta arrocera y un matrimonio de campesinos cometidas durante la huida.
Tras ser recapturados, los tres fueron alojados en el penal de Ezeiza, mientras que Víctor está en el hospital de la cárcel de Olmos.