Jorge Alberto Pérez Tamayo tiene 64 años. Se crió en Queens, Nueva York. Allí cursó la primaria. Entró a Aerolíneas en octubre de 1974, tres años antes había reprobado el examen para ingresar. Su carrera fue en ascenso desde que entró en la, por entonces, línea estatal.
Durante todos estos años, la empresa fue del Estado, se privatizó y se reestatizó, y la situación financiera de la línea de bandera empeoró. Pero su poder no se achicó, creció. Su padre fue piloto. Su hijo, Diego Pérez Barrigi, que también es piloto, es el prosecretario gremial del sindicato. Su esposa, Mónica Cusse, también trabaja en Aerolíneas.
Tamayo fue piloto de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner varias veces, cuando el Tango 01 tuvo que ser reparado y había sospechas de sabotaje. Volaba al exterior con uno de los Jumbos de Aerolíneas.
Su mano derecha es Pablo Biró, otro piloto, militar, y que ahora se quedó con el cargo de Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA). Si bien durante los primeros años del kirchnerismo fue aliado absoluto, luego comenzó a distanciarse, sobre todo desde la llegada a la presidencia de la empresa de Mariano Recalde, uno de los líderes de La Cámpora.
Tuvo varios encontronazos con el hijo de Héctor Recalde y de a poco fue alejándose cada vez más hasta llegar a un punto sin retorno con el gobierno. Más sobre todo desde que el jefe de la CGT Hugo Moyano cortó todo tipo de relación con el kirchnerismo. Tamayo deja el cargo, la gran pregunta es si dejará el poder.