A Rafaela la llaman “la perla del oeste” gracias al incandescente brillo que generan sus 400 industrias promedio, su desocupación mínima y su asombrosa capacidad de generar exportaciones de alto valor agregado. Destacada por numerosos especialistas y políticos, fue poco tiempo antes de asumir la presidencia que el ojo de la propia Cristina Fernández se posó sobre esta localidad de municipio justicialista, a la que consideró “un ejemplo para toda la Argentina” por el enorme valor de su producción industrial, específicamente la metalmecánica, que lidera las exportaciones argentinas.
Pero ni siquiera esta sólida economía estuvo exenta del golpe de la crisis financiera internacional, ya que mientras en 2008 Rafaela ostentó una desocupación record de 5,4%, el 55,1% de los rafaelinos hoy asegura que el futuro laboral es “preocupante” y el 40,6% asegura que va a ser “malo”, siendo otimista sólo un 2,9%, según una encuesta de la consultora local Opinar, difundida por el matutino La Opinión. En el mismo sondeo, el 8,7% de los encuestados aseguran que esta crisis que se profundiza desde diciembre le hizo perder el empleo a él o un familiar cercano, tres puntos arriba de las cifras oficiales de desempleo obtenidas pocos meses atrás.
Así es como la incertidumbre y la desesperanza llegan desde los dos principales frentes productivos de Rafaela: la fabricación de autopartes y el procesamiento de leche vacuna. Como explicaron fuentes del sector metalmecánico a Perfil.com, las automotrices del mundo congelaron sus programas anuales de compras, que generalmente se lanzan al comenzar el mes de marzo. La producción local, fabricante de autopartes y proveedora a nivel internacional, se vio serriamente resentida al congelarse las definiciones y es así que, cuando las empresas planeaban incrementar la fabricación de piezas -como lo realizan anualmente- se vieron obligadas a reducir drásticamente los recursos, recortando horas extras, premios por producción, y, en muchos casos, simplemente suspendiendo los procesos de fabricación por lapsos que van de una semana a un mes, según el caso. El golpe imprevisto de la crisis mundial generó la clausura de contratos de compra firmados por las autopartistas europeas, por lo que muchas empresas locales debvieron despedir el parsonal contratado para cumplir con esos compromisos internacionales.
“El obrero que antes llevada a su bolsillo 3500 pesos, ahora ve que su ingreso no supera los 2500”, graficó Roberto Oesquer, el secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica de la sede Rafaela, para explicar a Perfil.com el impacto de estos recortes. El dirigente detalló que, al verse resentida la economía doméstica , se genera una fuerte incertidumbre que afecta no sólo los ánimos del trabajador sino también el poder adquisitivo, por lo que este gremio junto a la CGT, el Centro Comercial e Industrial y los principales supermercadistas de esta localidad que apenas supera los 100 mil habitantes, impulsaron un acuerdo de precios aplicado a nivel local que disminuye en 10 por ciento los valores de los productos de la canasta básica. Este acuerdo se parece mucho en su forma al que en otros tiempos pergueñó el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno a nivel nacional, salvo por una diferencia clave: el pacto de las instituciones y comercios rafaelinos se respeta a rajatabla en las góndolas.
La industria láctea es la principal fuente de ingresos para los rafaelinos, ya que la leche en polvo es, junto con las válvulas, las principales exportaciones locales. Mientras los tambos continúan despareciendo en la zona y el precio a los productores de leche cruda desciende cada mes, las ventas de leche en polvo a Brasil se vieron clausuradas recientemente a raíz d euna medida proteccionista aplicada por el gobierno de ese país. Por estos días, una comisión del Centro de Industria Lechera se encuentra negociando para destrabar la situación, ya que Brasil es el segundo destino de las ventas al exterior en el rubro. Al verse amenazadas las exportaciones, empresas rafaelinas como Williner, La Verónica y la planta de capitales canadienses Saputo pueden ver cercenada su principal actividad, ya que a diferencia de sus colegas La Serenísima o SanCor, sus principales ingresos se logran a través de la exportación de leche en polvo. Y como indicaron muchas veces los titulares de estas empresas a sus empleados, las exportaciones son las que financian las obligaciones salariales de los empleadores. Así, los obreros lácteos esperan con tensa expectativa los resultados de estas negociaciones, clave para los bolsillos de miles de trabajadores.
(*) Especial para Perfil.com