La Corte Suprema de Justicia dejó firme la condena a reclusión perpetua contra el ex represor Miguel Etchecolatz por "genocidio" cometido durante la última dictadura, ratificando que cometen delitos de lesa humanidad deben cumplir la pena en cárcel común, independientemente de la edad del represor. La noticia fue difundida hoy, en el 33º Aniversario del último golpe de Estado en la Argentina, aunque el fallo de la Corte fue firmado el pasado 17 de febrero.
El juez Carlos Rozanski, quien presidió el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata que juzgó a Etchecolatz, confirmó la decisión de la Corte y la consideró "un cambio de paradigma, una bisagra", enfatizando que "es la primera vez en el mundo que queda firme una sentencia dictada por un Tribunal del país donde se cometió el genocidio".
"La figura de genocida no había sido mencionada en ningún país del mundo por un propio Tribunal del Estado donde se cometió ese genocidio", remarcó Rozanski. "La sentencia quedó firme, técnicamente es cosa juzgada", destacó.
Los jueces del máximo tribunal rechazaron "por insustancial el recurso extraordinario" que plantearon los abogados de Etchecolatz, Luis Eduardo Boffi Carri Pérez y Adolfo Casabal Elía. Los jueces ratificaron que los planteos de Etchecolatz, en el sentido de que se lo había juzgado dos veces por un mismo delito y que los hechos estaban prescriptos, "ya han merecido el rechazo de esta Corte en los fallos Arancibia Clavel y Simón".
Enrique Lautaro Arancibia Clavel fue condenado a perpetua por el asesinato en la Argentina del general chileno Carlos Prats, y la Corte ratificó esa sentencia el 24 de agosto de 2004. En el caso de Julio Simón, alias "El turco Julián", la Corte fue más allá y anuló las leyes de impunidad sancionadas durante los gobiernos de Raúl Alfonsín y Carlos Menem.
En su decisión, la Corte confirmó el fallo del Tribunal Oral Federal número 1 de La Plata, dictado el 19 de septiembre de 2006. El fallo de la Corte fue firmado por los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Enrique Petracchi, Juan Carlos Maqueda, Raúl Zaffaroni y Carmen Argibay, en este último caso con sus propios fundamentos.
Fuente: DYN