Un total de diez militares no podrán ascender en las Fuerzas Armadas por el rol que sus familiares, hombres de carrera en el Ejército, cumplieron en la última dictadura militar. A través de una junta de de calificaciones, compuesta por 29 generales, se rechazó el cambio de rango de estos oficiales a coronel por "política de la fuerza".
"Discriminación ideológica o portación de apellido", le dijeron a La Nación fuentes militares. La votación dejó un resultado contundente: 27 votos a favor de frenar los ascensos frente a 2 que los apoyaban. Entre los oficiales perjudicados por la medida, se cuentan hijos de oficiales investigados por crímenes de lesa humanidad. El sistema de selección - una junta de calificaciones - le permite a la ministra de Defensa, Nilda Garré, dar explicaciones sobre los motivos del rechazo.
Desde que dirige el Ministerio de Defensa, al menos 40 militares fueron pasados a retiro por cuestiones vinculadas a los derechos humanos. En septiembre pasado, un grupo de senadores de la UCR y el Peronismo Federal pidieron a Garré que detalle cómo se llevan adelante los ascensos militares en la Comisión de Acuerdos de la Cámara Alta frente a los reclamos de militares del Ejército y la Marina que venían denunciando supuesta discriminación "por portación de apellido" al momento de ser ascendidos.
Por entonces, la salteña Sonia Escudero señaló: "Queremos saber qué pasó con estos militares, cuyos ascensos fueron aconsejados por las juntas de calificaciones de sus armas pero que el Ministerio de Defensa excluyó" cuando tuvo que enviar los pliegos al Senado.