La renuncia de Alberto Fernández marca un antes y un después en la administración K. Es indudable que el porteño fue, hasta hoy, el gran operador político de Néstor y Cristina, su superministro, por lo que reemplazarlo será dificil. Perfil.com consultó a dos analistas políticos sobre la salida del jefe de Gabinete y ambos coincidieron en que el vacío que deja Alberto F. será dificil de llenar.
Fabián Perechodnik, de Poliarquía Consultores, explicó que "para dar un análisis cerrado, hay que ver quién es el reemplazante, eso permitiría ver en el esquema de poder interno del kirchnerismo, cómo queda mapa armado", aunque asegura que esto representa un quiebre "porque Alberto Fernández fue la pieza clave de construcción y operación de Cristina Fernández de Kirchner".
"Si bien en lo político hay un antes y después del campo, en la construcción de poder hay un antes y un después de Alberto Fernández", aseguró el consultor político especializado en comunicación y medios, quien agregó que "por ahora, podemos mirarlo de manera positiva, el cambio empieza en serio, el cambio de Urquiza era marginal".
Para Perechodnik, "la renuncia del Jefe de Gabinete, además uno como Alberto Fernández, evidentemente, empieza a hablar de que hay un cambio, aunque todavía no podemos ver hacia donde va".
Por su parte, Gustavo Martínez Pandiani, Decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Salvador, opinó que "la salida funciona como un tapón que se le saca a una canaleta que estaba a punto de estallar. Abre la puerta de la salida de otros funcionarios. Es probable que haya sido su intención"; al tiempo que ofreció otra lectura posible: "También puede leerse la caída de una línea interna dentro del gobierno que Alberto representaba. Siempre se habló de dos grupos. Puede ser interpretado como el final de un grupo", ilustró, en referencia a la división entre tibios dialoguistas (palomas) y duros (halcones).
Martinez Pandiani aseguró que "Alberto Fernández fue el principal funcionario de todas las administraciones Kirchner, la uno y la dos. No sólo por el rango, sino porque se sentaba en la mesa chica" y le atribuye un rol omnipresente ("Era coordinador, vocero, armador, desarmardor"), por lo que asegura que al Gobierno "le va a costar reemplazarlo".
"Cumplía un rol muy difícil. Tenés que ser dotado técnicamente y políticamente astuto. Buscar a una persona que cumpla con los dos requisitos va a llevar más de una sesión de casting", lanzó irónico