La conversación telefónica se dio a las 11.09 del miércoles 10 de junio del año pasado. Primero llamó Héctor Capaccioli, el polémico ex recaudador de la campaña K y ex superintendente de Servicios de Salud. No hubo respuesta. Pocos minutos después, Néstor Lorenzo, el ex dueño de droguería San Javier, procesado y preso por asociación ilícita en la causa de la mafia de los medicamentos, le devolvió el llamado.
"Yo me quedé tranquilo, lo iba a llamar a él para ver dónde se la alcanzábamos, si mandaban al hermano y eso", le comenta Lorenzo. Cuando habla de "él", se refiere a Gabriel Brito, el empresario farmacéutico que aportó a la campaña K sin saberlo, según dice, y que por esos días amenazaba con contar su verdad. En confianza, "Capa" le pide encargarse del asunto: "Dale, te quería pedir eso porque es una última semanita que nos queda, después ya vienen las elecciones". Hablan –según creen los investigadores– de plata a cambio de silencio.