En medio de una profunda crisis, el kirchnerismo salió derrotado en Santa Cruz. Sin embargo, logró un caudal de votos que todavía lo mantiene vivo y podría quedarse con un diputado nacional de los tres que debe renovar la provincia.
Con jubilados que tomaron la Casa de Gobierno y con un conflicto docente con el que se perdieron más de cien días de clase, los efectos de la grieta llegaron a la política provincial. La elección fue altamente polarizada: 3 de cada 4 votantes eligieron a Unión Para Vivir Mejor, el sello de provincial de Cambiemos o al Frente Para la Victoria.
Los pronósticos no fallaron en esa provincia. Con la ausencia de Cristina y Máximo Kirchner el día de la votación en la tierra que los vio nacer, UPVM obtuvo el 45,9% (74.249 sufragios) sobre el FPV que cosechó el 29%, porcentaje que equivale a 47.105 votos. Si se consideran los tiempos difíciles en los que está el oficialismo provincial, es una cantidad elevada de votantes.
Mucho más atrás quedó el Frente de Izquierda y de los Trabajadores que se ubicó como tercera fuerza con el 8,25%, seguido por el Movimiento Político, Social y Cultural Proyecto Sur con el 6,99%.
Sin embargo, no fue una elección fácil para los candidatos del Gobierno Nacional. Las internas le jugaron una mala pasada. Carlos Prades, candidato que competía dentro de UPVM con la lista Integración Ciudadana, no pudo poner en jaque el liderazgo provincial de Eduardo Costa que se impuso con el 70,51% en la pelea puertas adentro del frente.
Candidata a diputada nacional por Cambiemos, Roxana Reyes resultó ser en las PASO una de las mujeres más votadas a nivel nacional. En caso de que llegue al Congreso, la actual legisladora provincial deberá enfrentarse desde su banca con Máximo Kirchner.
-Viendo la situación de la provincia ¿Que le sorprende más que el kirchnerismo saque 29% de los votos o que lo votos en blanco y nulos lleguen a casi 13 puntos?
-Las dos cosas. Me llama la atención que todavía esté la sensación de temor, de que no se puede, de votar al kirchnerimso y seguir esta lógica que nos tiene de rodillas. Pero también es llamativa la falta de participación. Debemos dejar de lado el voto bronca, eso no construye.
-Le faltó poco para llegar al 50% ¿Las internas le jugaron en contra?
-Hay varias cuestiones. Yo creo que es por la desesperanza. Son 28 años de kirchnerismo, muchos años de estar oprimidos. Hay gente que no conoce otra cosa que no sea el kirchnerismo. Hay gente que no conoce otra cosa que tener que hacer pasillo para conseguir un empleo público. Gente que no sabe que hay otra posibilidad de trabajo que no sea ese cargo. Creen que todo lo que le dan ya sea casa, pavimento, luz, es una concesión del Estado. Hay que quebrar esta cuestión cultural. Hay que vencer a la desesperanza. El cambio va a venir de abajo, lo va a hacer la gente. Los derechos están siendo avasallados.
-¿Como piensa plantarse desde el Congreso Nacional ante una situación de tanta crisis como vive Santa Cruz?
-La Argentina se salvó de lo que le está pasando a Santa Cruz. Tenemos 28 años de un régimen que, con 300 mil habitantes y todos los recursos naturales, venimos a pedir una asistencia económica todos los meses para pagar sueldos. No tenemos proyectos productivos. Los únicos que se han enriquecido son los funcionarios y los amigos de los funcionarios. Hay que dar testimonio de lo que nos está pasando porque Argentina se salvó de vivir en un modelo de país donde se vulneran libertades y no funcionan los organismos de contralor.
-¿Por qué cree que, salvo Alicia Kirchner, ni Cristina ni Máximo fueron a votar en la provincia?
-El interés de los Kirchner claramente está en provincia de Buenos Aires. Ahí tienen los recursos económicos y los recursos humanos. La única que fue a votar en la provincia fue Alicia Kirchner. Máximo, que juró como diputado nacional por Santa Cruz, no fue en todo el año a caminar las calles de su provincia. Yo tuve que iniciar una acción de acceso a la información pública, que la gobernadora me litigó en todas las instancias, para ver las cuentas provinciales. No pueden ni caminar las calles de la provincia. Sin embargo, creo que los problemas de los santacruceños tenemos que resolverlos los santacruceños. Yo creo que no estaría bueno ser intervenidos, como se pensó en su momento. Lo mejor sería que los jueces se despierten y hagan lo que tengan que hacer. Una intervención demuestra nuestra inoperancia y nuestra ineficiencia para resolver problemas, eso debemos superarlo.
