POLITICA
Libertad con pulserita inteligente

Ríos miente y vuelve a casa

Gregorio Ríos, sentenciado a 27 años de cárcel por el crimen del fotoperiodista José Luis Cabezas, gozaráde la prisión domiciliaria.Sudefensa asegura que el presoevalúa varias ofertas de trabajopara cuando esté libre, sin embargo,la informaciónes tan oscura como su reciente pasado.

default
default | Cedoc
En vida de Don Alfredo, los miembros de la pesada yabranista se movían en las sombras bajo una cláusula básica: “Negar, siempre negar”. Y así, negando hasta lo más evidente –es decir, con las charreteras cargadas de falsedades–, lograron concretar la primera y más sombría de las privatizaciones argentinas: el negocio de la seguridad privada, en su caso, se fue amasando dentro de los campos de concentración ESMA y El Vesubio, así como en los pliegues más sucios de la Policía bonaerense diseñada con manos durísimas por Ramón Camps y Miguel Etchecolatz.

El sargento ayudante del Ejército Gregorio Ríos vivió sus días de gloria dentro de esa estructura, en su doble función de culata y eventual testaferro. Negando, siempre negando, Ríos llegó a presidir uno de los correos privados controlados por Yabrán, mientras organizaba las guardias en la mansión de Martínez y la tranquilidad del jefe y su familia allende los murallones. Los ataques de asma solían jugarle malas pasadas, aunque nunca tan malas como en los 9 años que lleva preso como instigador del asesinato de José Luis Cabezas.
Vale la pena no olvidar que José Luis fue seguido, secuestrado, golpeado, baleado dos veces en la nuca y finalmente incinerado. Sobre todo, porque desde esta semana Gregorio Ríos –sentenciado a 27 años de cárcel– empezará a gozar del beneficio de la prisión domiciliaria, sólo custodiado por su esposa Rosa Rodríguez, su hija Sofía y una pulserita inteligente tipo Lo Jack. Sucede que Ríos se porta bien y, según los indignantes argumentos de la Cámara de Dolores, asiste a todas las misas del Penal de Ituzaingó.

Los peritos psiquiátricos desaconsejaron su virtual libertad vigilada, ya que Ríos nunca habla del caso Cabezas y, menos aún, muestra señales de arrepentimiento. Sólo dice: “Yo no fui”. Negar, siempre negar.

Pero la defensa de Ríos no sólo pidió el nuevo régimen de detención. También que lo dejaran salir a trabajar, ya que tiene tres ofertas. Textual del fallo, a fojas 7: “Un contrato de trabajo en Empresa de Estudios de Televisión, Canal 7 (N. del r.: ¿leyeron bien?). Otra con una ONG de la localidad de Martínez denominada ‘Juan de la Cruz’, como asesor en la problemática de prevención del delito. Y la tercera, otra ONG de la localidad de Ituzaingó, destinada al trabajo de contención de liberados”. La Cámara rechazó el permiso de trabajo, ya que “no se han indicado cantidad de días ni horas de trabajo”. Como se verá, los jueces no averiguaron ni saben absolutamente nada.

Consultados por PERFIL, desde Equipos Juan de la Cruz –una ONG que existe y se dedica a desarrollar programas preventivos del delito en barriadas de alto riesgo– negaron todo con asombrado énfasis. “Referente a su llamado en el sentido de que serán publicados por su Editorial dichos vertidos por el Sr. Gregorio Ríos en cuanto a que el mencionado, una vez recuperada su libertad, tendría la posibilidad de que, entre otras, nuestra Institución le brinde empleo, me veo en la obligación de informarle que ello es absoluta y totalmente falso, al punto que hemos tomado conocimiento de esto a través de su requerimiento informativo”, respondió por mail Mónica González Bigetti, tesorera y fundadora de Equipos Juan de la Cruz.
Ríos mintió. Una vez más. Tal vez sólo nos quede resignarnos a verlo como columnista de policiales en Canal 7, mostrando la pulserita.