El escándalo en el que terminó el traslado de los restos del ex presidente Juan Domingo Perón a la quinta de San Vicente encendió las internas sindicalistas y muchos de los que critican a Hugo Moyano, líder de la CGT, buscarán usar la crisis que atraviesa el camionero para intentar correrlo de la conducción.
Los argumentos para responsabilizar a Moyano por lo sucedido se sostienen en el hecho de su responsabilidad sobre la organización, de la activa participación de los obreros de su gremio en los enfrentamientos y en el episodio protagonizado por el pistolero Emilio Quiróz, chofer de Pablo Moyano.
Un sólo día pasó luego del enfrentamiento entre militantes del gremio de camioneros y de la UOCRA, y la cúpula de la CGT y las 62 organizaciones estudian los pasos a seguir. Según informa el matutino La Nación, varios sindicalistas se reunieron para analizar lo sucedido y deslindar responsabilidades.
El principal interesado en que Moyano deje la conducción de la CGT es el gastronómico Luis Barrionuevo. Además, lo acompañan el estatal Andrés Rodríguez y el constructor Gerardo Martínez. Según informó Clarín, también integraría el grupo que aprovechará la situación el actual número 2 de la CGT, José Luis Lingeri, a quien proponen que tome la conducción.
De esa manera, los denominados "gordos" del sindicalismo harían su regreso a la central sindical, ya que a pesar de que desde hace tiempo buscaban el retorno, ponían como condición el corrimiento del camionero de la conducción.
En la reunión entre la CGT y las 62 Organizaciones todos apuntaron a buscar a los máximos responsables, y hubieron fuertes cruces entre dirigentes. El taxista Jorge Viviani, a cargo de la seguridad del operativo traslado de Perón, salió rápidamente, ni bien comenzado el encuentro.
El propio Viviani luego sostuvo que "la tarea de seguridad de llevar los restos de Perón desde la CGT hasta el mausoleo de San Vicente fue irreprochable".
Lo cierto en la interna sindicalista es que varios dirigentes desbancados aprovecharan la actual situación de Moyano, cuestionado y arrinconado por su entorno y su desempeño en el acto, para ganar espacio. Y todo indica que el Presidente, defensor del líder de la CGT, no hará mucho esta vez para apañar al camionero.