La mujer de no más de 50 kilos cayó desvanecida sobre los brazos de un policía de calle. Con los ojos sin luz y el cuerpo sin fuerzas, llegó al Hospital Regional de Río Gallegos y después de 72 horas, con un hilo de conciencia, comenzó a contar su historia. Un relato que se repite a menudo en boca de las decenas de mujeres que son rescatadas en bares, whiskerías y casas de Santa Cruz, las distintas fachadas que tienen los lugares en las que son prostituidas por redes de trata de personas.
Santa Cruz es considerada lugar de destino de mujeres víctimas de explotación sexual. Desde 2006, según datos oficiales, son alrededor de ochenta las mujeres y menores rescatadas. Sólo en este año se trabajó en 16 causas de presunta trata de personas.
Esta semana, la hermana Martha Pelloni, referente de la “Red Nacional Infancia Robada”, viajó a Río Gallegos junto a Gustavo Vera, de la fundación La Alameda. Vera, quien trabajó junto a Jorge Bergoglio, hoy papa Francisco, dijo ayer a PERFIL que no tiene dudas de la complicidad de sectores políticos, la policía y la Justicia en casos de trata y prostíbulos en Santa Cruz.
“Es conocido el caso de policías involucrados” y hasta “el hermano de Rudy Ulloa”, afirmó Vera por un procedimiento realizado en 2012 en una casa que funcionaría como prostíbulo y donde habrían hallado a Carlos Ulloa, alias “Paloma”, hermano del empresario de medios y ex chofer de Néstor Kirchner. Además, señaló que una ONG de Chile viene denunciando que se llevan mujeres desde Río Gallegos a Punta Arenas, sur del país trasandino, para prostituirlas. De ahí, algunas de ellas serían llevadas al exterior. Según Vera, hay una fuerte red de trata ligada además al narcotráfico que opera en la zona con mujeres del Norte del país, y que se ha expandido a otras localidades de la provincia como Las Heras.
La semana pasada, una mujer fue rescatada, presuntamente en un caso de trata, de una casa de la localidad de Pico Truncado, Santa Cruz.
“Es bastante claro que las casitas (de tolerancia) –como se denomina en la provincia a los prostíbulos– estuvieron en tierras fiscales y en Río Gallegos hubo connivencia entre los dueños de los prostíbulos y los políticos”, indicó Vera y denunció “un sistema recaudatorio de la policía”.
Néstor Kirchner, en su gestión como intendente, trasladó las “casitas” del barrio Belgrano a un sector que por entonces quedaba en las afueras de la ciudad. Además, impuso el control sanitario y les llevó hasta allí los servicios básicos.
Hace poco más de tres años, la entonces jueza federal Ana Alvarez ordenó cerrarlos. Los propietarios apelaron y la causa fue y vino desde entonces. El referente de La Alameda recordó que la jueza descubrió “gente de la policía y un juez involucrado”. Alvarez fue desplazada por el Gobierno nacional hace pocas semanas. Vera comentó que muchos políticos revindicaban el barrio donde funcionaban los lupanares “casi como un lugar turístico” cuando allí se registraron “innumerables casos de trata”.