Cuando Sergio Schoklender regenteaba la Fundación Madres de Plaza de Mayo, golpeaba la puerta de los despachos de senadores y diputados para expandir los negocios de la empresa Meldorek. El lobby no sólo fue para construir viviendas en las provincias: también quería vender el proyecto Sueños Compartidos en otros países.
Las reuniones de Schoklender con legisladores del oficialismo se realizaron hasta poco antes de que estallara el escándalo que golpeó uno de los nervios del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. El ex apoderado de las Madres hasta habría ofrecido realizar “barrios cerrados tipo country".
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