POLITICA

Sergio Schoklender se adueñó de la escuela de su hijo y la dejó a la deriva

El colegio Jean Piaget quedó en manos de Alejandro Gotkin, contador de Madres, pero tras el escándalo, falta dinero para pagar a los docentes. Video y fotogalería. Galería de fotos

El colegio cerró sus puertas el 24 de mayo.
| Perfil.com

El escándalo por presunto lavado de dinero y enriquecimiento ilícito de Sergio Schoklender con fondos públicos nacionales que gestionaban las Madres de Plaza de Mayo suma un nuevo foco de sospecha en el colegio de su hijo.

En noviembre de 2010 Sergio Schoklender vio cómo las deudas de la escuela de su hijo de 10 años podían representar el ingreso 'salvador' de una de las empresas que preside su principal socio, Alejandro Gotkin, quien también era contador de la Fundación de las Madres.

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Así fue como la firma Construyendo el Futuro S.A. tomó el control del colegio Jean Piaget, empezó a cobrar las cuotas de los alumnos y lo reformó entero, según prueba un video en el que el mismo Gotkin representa al "grupo inversor" en el Piaget.

Sin embargo, en junio de 2011 "el colegio está a la deriva", le confesó a un grupo de padres María Marta Capurro, la directora del colegio ubicado en Roseti y Dorrego, en Chacarita. De hecho, Perfil.com encontró en la puerta del colegio muchas caras de preocupación y a dos docentes llorando.

"Sólo nos pagaron una parte del sueldo este mes", aseguraron a este portal. "Pero pongan que vamos a seguir dando clases", agregaron.

Este medio pudo saber que sólo se pagaron el 25% de los salarios de los docentes. Nadie sabe por qué la plata no aparece, pero las sospechas son múltiples. "Gotkin hace 20 días que no viene al colegio", dice alarmada la madre de un alumno. Es más, el colegio ordenó que la cuota no se pague este mes en la cuenta de Construyendo el Futuro S.A., sino en la ventanilla del colegio.

Un padre que no quiso identificarse precisó a este medio que Gotkin se presentó en noviembre de 2010 como la cara del "grupo inversor". Ante la consulta de un papá, el empresario respondió que Schoklender sólo "fue el padre" que "los acercó" al instituto. Sin embargo, Construyendo futuro S.A., posee el mismo presidente que Meldorek S.A. -Alejandro Gotkin- e idéntico domicilio fiscal que Schoklender, en el complejo La Algodonera.

Es más, en la web de Meldorek figuraba el Instituto Jean Piaget como parte de su "experiencia", pero la semana pasada desapareció misteriosamente ese trabajo de la constructora del ex apoderado de Madres de Plaza de Mayo.

El peor salvataje. La delicada situación financiera habría colaborado: el instituto tuvo varios cheques rechazados en 2009 a nombre de uno de sus anteriores dueños, Jorge Guiducci, según consta en los registros del Banco Central, y en noviembre de 2010 una maestra le inició una demanda por $31.000 pesos por sueldos impagos.

A todo esto, Perfil.com detectó que no hubo ningún traspaso de directorio de la sociedad Escuela Jean Piaget S.A. E y E a Construyendo el futuro S.A., una de las firmas denunciadas por la Coalición Cívica en el entramado de empresas que habrían lavado dinero. Ese incumplimiento legal habría sido una condición de la empresa de Schoklender a Guiducci para "salvar" al colegio.

Ahora los padres de los alumnos se preguntan por qué Schoklender iba a invertir en un instituto deficitario y por qué a las pocas semanas reformó todo el colegio, construyó un piso nuevo, compró cinco pantallas electrónicas y le pagó los útiles a todos los alumnos.

Un padre confió a Perfil.com que les resulta "sospechoso" que de los 2.375 pesos que vale la educación y natación, el "grupo inversor" se hiciera cargo de $300 por alumno. "¿Hay lavado de dinero?", se preguntó.

Un versión indica que la firma de Schoklender habría destinado más de 4 millones de dólares al Jean Piaget. Durante las obras se vieron a obreros con la remera de las Asociación de Madres de Plaza de Mayo.

Este portal se comunicó con el colegio, pero la respuesta fue cortante: "No vamos a brindar ningún tipo de información". Tampoco fue posible acceder a la versión de Schoklender, ya que tanto él como su secretaria tenían los teléfonos celulares apagados.

(*) De la redacción de Perfil.com.