El pedido del papa Francisco de suspender el Encuentro por la Paz para el 10 de julio organizado por Scholas Occurrentes, la fundación creada por el pontífice en la Argentina en 2013, alimentó las lecturas sobre un enfriamiento con el macrismo. El Papa había ordenado a Scholas devolver la donación del gobierno argentino y luego trascendió una carta en la cual les advertía el riesgo de “caer” en la “corrupción”. El director mundial de la organización, José María del Corral, defendió al Gobierno, al afirmar que actuó de “buena fe”, y argumentó que su organización fue perjudicada.
—¿Cuál fue el motivo por el que se suspendió el partido del 10 de julio?
—Nosotros le habíamos presentado al Gobierno la necesidades que teníamos para Scholas Argentina, y enviamos un presupuesto de $ 16.595.368. El motivo fue todo el lío que se había armado con el famoso decreto de donación que había firmado Macri. Le consultamos al Papa, a él le pareció bien. Por eso, cambiamos el partido para una fecha posterior al evento que va a jugarse en el Olímpico de Roma el 12 de octubre.
—¿Por qué la donación incluía el famoso “666”?
—No tenemos idea. El Gobierno actuó con buena fe. Fue inmediata la respuesta a la solicitud. Lo que nos perjudicamos somos nosotros y el Gobierno, ninguno de los dos quería esto. Si hubo pillos, fueron otros. Es una ficción total este conflicto con el gobierno. La relación es excelente.
—La organización del partido iba a ser llevada a cabo por Lisandro Borges, amigo y empresario muy cercano a Macri. ¿Eso influyó?
—El primer encuentro por la Paz lo hicimos con Roberto Sarti, que nos presenta la fundación del Pupi Zanetti antes de que naciera Scholas. Cuando nace Scholas, desde el Vaticano, nos lo presenta a Zanetti. Sarti hace acuedos en cada país. En Argentina, lo hizo con esta persona.
— En su carta, ¿sobre qué hechos de corrupción los advierte Francisco?
— Puntualmente al caso de la Conmebol, en el que nos habían ofrecido 10.000 dólares por cada gol que se hiciera en la Copa América. Ahí tomamos la decisión de no aceptar el dinero.
