—¿Quién le ofreció ser presidenta del PRO?
—Fue Mauricio (Macri). Me sorprendió porque estaba yendo a hablar con él, luego de las elecciones, en noviembre, para ver los temas que había que cerrar en cada ministerio. Aproveché para hablar de política: quería contarle que, en algunos aspectos, nos hubiera gustado tener mayor nivel de participación. En el único lugar donde se respetó fue en la Ciudad: con Horacio (Rodríguez Larreta) siempre hubo un mecanismo para eso. Le dije: “Bueno, quiero discutir esto”. Y me responde: “Está bien, pero quiero que seas presidenta del PRO”.
—¿No hubo un escaso trabajo territorial durante cuatro años en el PRO?
—Deberíamos haber aprovechado más nuestro paso por el gobierno para generar un mayor nivel de inserción territorial porque el hecho de estar en el gobierno te permite mucho contacto, mucho viaje. Fuimos un gobierno que les dio mucha importancia a las provincias y viajamos mucho. Pero no convertimos eso en una construcción territorial que tuviese rédito, desde los candidatos hasta la fiscalización. Es uno de los temas que tenemos que abordar fuertemente. Y es lo que están reclamando los que participaron y los que quieren participar.
—¿Cuál será el rol de Macri?
—El es naturalmente quien está reconocido como presidente honorario del PRO, pero está por encima, está con Cambiemos, en una estructura más amplia. Estuve hablando por teléfono con él y me pidió mucha amplitud, crecer territorialmente y representar al 41% que nos votó, pero ampliar porque con eso no alcanza para volver al gobierno. Trabajar en un nuevo modelo de representación.
—¿Qué tipo de oposición imagina?
—Siempre uno quiere ser una oposición constructiva, pero si el Gobierno te coloca como un punching ball, como un enemigo, como cuando Aníbal Fernández habló del “imbécil de Macri”, no se lo vamos a permitir. O las Madres diciendo que “ahora la Casa de Gobierno está liberada porque estaba la dictadura”, no son cosas admisibles. Si dicen que todo estuvo mal hecho, te predispone a una oposición más intransigente.
—¿Marcos Peña debería alejarse del PRO definitivamente?
—En este momento es importante que podamos generar una etapa en la que todos repensemos el rol que tuvimos, los problemas del gobierno, las situaciones que se generaron, por qué tuvimos una información tan errónea antes de las PASO, qué hizo que tomásemos medidas más difíciles en 2017 y no en 2015, cuando recién asumimos. Peña es una persona que seguramente aprovechará este tiempo para pensar. Es una persona joven y tiene que saber a qué distancia del fuego tiene que estar en este momento.
—¿Cómo imagina el futuro de Juntos por el Cambio?
—Va a haber un proceso de institucionalización. Tiene que estar claro el sistema de funcionamiento: cómo elegir candidatos donde no hay PASO, usar las primarias, si siguen.
—¿Qué opina de que la ministra Frederic quiera revisar lo actuado por Gendarmería en el caso Maldonado?
—Fue una bandera que levantó el kirchnerismo, con la que quisieron voltearnos y porque la ministra y Alberto Fernández tienen una dependencia psicoideológica de (Horacio) Verbitsky. El que dirigió la campaña para decir que Maldonado era el primer desaparecido de Macri fue Verbitsky. Otro que tuvo responsabilidad fue Félix Crous (hoy titular de la Oficina Anticorrupción), quien se metió en el pu lof con testimonios sin testigos, trabajo que fue anulado por la Justicia por poco serio. Es el intento de volver a armar el relato que no pudieron armar.
—¿Y en el caso Nisman?
—Es un compromiso de Alberto Fernández con Cristina Kirchner. Primero: en todo momento dicen que conocen la pericia de Gendarmería, yo no la conozco, no sé cómo saben si es mala o buena. Si sobre la pericia hacés una auditoría del protocolo de la pericia, está claro que van a decir que estuvo todo mal. Es una causa que compromete a la vicepresidenta de manera muy fuerte: desnuda el sentido del pacto con Irán, porque hay una muerte y porque quedar inmerso en el medio de esa muerte es muy fuerte. Fernández va a pagar un costo político enorme: él habló con Nisman el jueves anterior a la muerte, él dijo que era “delirante” lo que estaba haciendo Cristina y que la prueba más importante era el pacto con Irán. Estamos pagando el precio de que
Fernández sea el elegido para buscar derribar esta causa. ¿Se podrá saber con los cruces de llamadas quién estuvo cerca de Nisman? ¿Estará la Justicia cerca?
La pelea Berni-Frederic
Lejos del día a día que le imprimía a la cartera de Seguridad, Patricia Bullrich es una de las ex funcionarias que rápidamente se rearmó: fue ungida presidenta del PRO y, a la vez, fundó el Instituto de Estudios Estratégicos en Seguridad, desde el cual, junto a ex funcionarios, generará informes y papers para Cambiemos pero también para el sector público.
—¿Qué opina de la disputa pública entre Berni y Frederic?
— Llama la atención que no haya habido una convergencia sobre las ideas de seguridad que iban a tener en el Gobierno. Muchas de las cosas que dijo Berni eran conocidas, lo que llama la atención es que todo esto sea público. Berni reivindica muchas políticas que llevamos adelante, como el uso de pistolas Taser. Parecería una pelea por ver quién pisa más fuerte.