El megajuicio por el contrabando de armas a Croacia y Ecuador en el que el principal imputado es Carlos Menem empezó hoy en los tribunales federales sin la presencia del ex presidente en el banquillo, porque según dispuso el Tribunal Oral en lo Penal Económico 3 (TOPE 3) su asistencia sólo será "obligatoria" el día en que se lean las acusaciones en su contra.
Se estima que recién a fin de mes el ex mandatario y actual senador nacional deberá abandonar el reposo que por cuestiones de salud cumple en su provincia, La Rioja, para viajar a Buenos Aires y escuchar en el subsuelo de los tribunales de Retiro las pruebas que lo llevaron a considerarlo "coautor" del contrabando agravado de los pertrechos bélicos.
El tribunal ya anunció que, para el día que asista Menem, si el ex jefe de Estado sufre alguna descompensación hay tres salas de primeros auxilios que funcionan en los tribunales de Comodoro Py 2002, dispuestos a atenderlo en la emergencia.
No obstante, durante su convalecencia un perito médico enviado por el TOPE 3 se hará presente en los próximos cinco días en la casa riojana de Menem para revisarlo y constatar si, como informó la defensa, el ex presidente sufre de problemas respiratorios y un cuadro de anemia que lo debilitaron al punto de obligarlo a reposar.
La Aduana, querellante en el proceso, exigió enviar un perito de parte para verificar las dolencias, pero el presidente del tribunal, Luis Imaz, rechazó el planteo porque "no se trata de una pericia sino una constatación".
Un rato antes, Imaz también había rechazado el reclamo para suspender el debate que exigía la defensa de Menem al denunciar que en el 2001 al ex presidente no se le relevó el secreto de Estado al momento de indagarlo.
Tanto el rechazo a la suspensión del juicio como la ausencia de Menem eran noticia vieja: sólo se esperaba conocer los detalles sobre cómo se desarrollaría la primera audiencia del juicio oral a un ex presidente constitucional.
Fue así que a las 10.10 de esta mañana, una hora y diez minutos más tarde de lo previsto, los jueces entraron al subsuelo de los tribunales, dieron por iniciado el debate y el secretario del TOPE 3, Eduardo Botello, informó que Menem "no ha comparecido pese a haber sido notificado".
El juez Imaz respondió: "Se tiene por justificada la inasistencia", pero anunció que en los próximos cinco días el tribunal dispondrá "un monitoreo del estado de salud" del ex mandatario para verificar su evolución y si se puede trasladar desde La Rioja a Buenos Aires.
"Hay tres salas de primeros auxilios en el edificio (de Comodoro Py 2002) con profesionales del Cuerpo Médico Forense para asistir a quienes así lo quieran", agregó.
Fue así que el magistrado hizo poner de pie a cuatro acusados: Luis Eustaquio Agustín Sarlenga, el "arrepentido" ex interventor de Fabricaciones Militares; los ex jefes de esa empresa Edberto González de la Vega y Angel Daniel Vicario y la agente aduanera Teresa Cueto.
Les comunicó entonces que se iba a leer la requisitoria fiscal contra ellos y les recomendó prestar atención.
Comenzó así una primera jornada soporífera que se extenderá durante varias semanas sólo con la lectura, en donde los protagonistas escuchaban aturdidos, ubicados en las distintas hileras de las bancas de acusados.
Ante la ausencia de Menem, todas las miradas se concentraron en la primera fila de la derecha, donde se sentó el ex cuñado y ex asesor presidencial Emir Yoma, con sus abogados defensores Mariano Cúneo Libarona y Mariano Di Meglio. Por el flanco izquierdo, al lado de la silla vacía de Menem, se ubicaron sus defensores Omar Luis Daer y Leonardo Mario Churín, mientras que detrás de ellos estaba el ex ministro de Defensa Oscar Camilión, con su abogado José Garona (ex letrado de represores en los juicios a las juntas militares y por los crímenes del centro clandestino Mansión Seré).
Menem y los otros 17 imputados son enjuiciados por el contrabando de armas del Ejército vendidas a Croacia y Ecuador, de 1991 a 1995, durante las guerras de la ex Yugoslavia y del Cóndor, respectivamente.
Si el tribunal decidiera declarar culpables, podrían ser condenados a penas de entre dos y 12 años de cárcel.
Fuente: DyN