"Tengo un dato que a usted, y supongo que al juez también, le anda faltando: la dirección exacta del cuartel general que usó el grupo que mató a José Ignacio Rucci”. La frase, música para mis oídos, me fue dicha por teléfono a mediados de octubre por un sindicalista jubilado, presuntamente metalúrgico, evidentemente un peronista ortodoxo. Al día siguiente, vino a verme. Lo primero que me dijo es que él no quería aparecer con su nombre y apellido porque pretendía seguir viviendo tranquilo.
Luego, sacó un ejemplar de mi libro “Operación Traviata” y lo abrió en una foto: “La cosa es sencilla: ve este edificio que está acá detrás, creo que es este”, señaló. Se refería a una mole que aparece bien al fondo de calles arboladas con una escena bastante conocida: un uniformado y un civil armados custodiando el Torino colorado de la CGT al que Rucci no había alcanzado a subirse porque lo habían liquidado aquel martes 25 de septiembre de 1973.
“Esta es la avenida Avellaneda, ¿no es cierto?”, continuó el hombre de pelo enrulado canoso, prolijos bigotitos también blancos y anteojos de marco plateado. Y sacó un ejemplar de la biografía del controvertido líder juvenil Rodolfo Galimberti, escrito por los periodistas Marcelo Larraquy y Roberto Caballero. “En la página 114 está la dirección, Avellaneda y Artigas, a cuatro cuadras del domicilio de Rucci”.
Y leyó: “Con la rebelión en marcha, 'Chacho' Álvarez y su grupo pidieron una cita con el líder de JAEN: querían comunicarle su decisión de irse. Galimberti fijó el encuentro en el departamento
de Ernesto Jauretche y (Martha) 'La Negra' Roldán, en Avellaneda y Artigas, Flores”.
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(*) Editor Ejecutivo de la revista Fortuna. Autor de los libros “Operación Traviata” y “Operación Primicia”.