La intervención de la CGT oficial ante la Presidenta por el salario docente fue cinco días después de que los gremios se reunieran con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y los ministros de Economía, Axel Kicillof, y de Educación, Alberto Sileoni. De ese encuentro, los docentes de la CGT se fueron con las manos más que vacías.
Los funcionarios argumentaron que no podían otorgar un aumento de más del 23 %. Los gremios lo consideraron “insuficiente”. La negociación se trabó.
Los docentes -que en la CGT están representados por cuatro gremios- quieren una suba de sueldo básico inicial de 5.500 pesos, lo que implica una suba del 61%, ya que hoy el básico es de 3.416 pesos. La CTERA exige que antes sea llevado a 3.600 pesos y sobre ese valor discutir la mejora. Los docentes, representados en la reunión del jueves en Smata por Sergio Romero (UDA), aseguraron a sus pares de la CGT que el Estado puede hacer el esfuerzo de subir el salario. Además, sostienen que si el básico inicial de los maestros no logra un aumento sustancial, en agosto va a quedar por debajo del Salario Mínimo Vital y Móvil, que se actualizará ese mes.