El Gobierno prepara para diciembre su primer retiro espiritual con todo el gabinete, una práctica que el Presidente, Mauricio Macri, se había acostumbrado a organizar cuando estaba en la Ciudad. En este caso, también servirá para intentar apaciguar los caldeados ánimos de las internas entre funcionarios y las quejas, solapadas, de Macri hacia muchos de los ministros, en un momento en que el Gobierno no consigue mostrar todos los logros que se había fijado.
Tanto el jefe de Gabinete, Marcos Peña, como el secretario general, Fernando de Andreis, están convocando a los ministros para que se guarden los primeros tres días de diciembre para viajar a Chapadmalal, al complejo presidencial, para una suerte de gran reunión de gabinete.
La escapada comenzará el jueves 1º de diciembre a la tarde y terminará el sábado 3 al mediodía. El equipo de Peña trabaja en las consignas, que mezclarán trabajo y distensión. “La idea es que sirva para hablar de la mirada hacia el futuro, en especial pensando en un año electoral clave como 2017”, cuenta una fuente con despacho en Casa Rosada, al tanto de la iniciativa.
La invitación sólo alcanza a los ministros nacionales, algunos de los cuales, por falta de espacio, deberán compartir casa: todas cuentan con, al menos, dos habitaciones, cocina y TV. Sólo el presidente y la gobernadora tienen edificios exclusivos.
El complejo de Chapadmalal, creado por Juan Domingo Perón en 1947 para turismo social, está prácticamente en desuso. Dos meses atrás, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, llevó a su equipo allí para un retiro. Los maliciosos aseguran que, en aquella oportunidad, los ronquidos del ministro de Trabajo bonaerense, Marcelo Villegas, no dejaron dormir al flamante ministro de Infraestructura, Roberto Gigante. Corrillos provinciales.
Como sea, la Secretaría General, de quien depende el lugar, trabaja en la logística: se prevé un asado y un catering austero. Cada área deberá exponer sus planes estratégicos, mientras que la mirada general sobre el Gobierno y la visión de futuro estará a cargo de Peña.Es posible que se matice con juegos de rol y truco.
Internas. El retiro llega en un momento clave: el Presidente había dejado de ocultar su fastidio por la gestión de algunos ministros y las demoras en la obra pública, tal como había adelantado PERFIL el domingo pasado. A tal punto que al día siguiente de la publicación de los conflictos, el propio Macri le pidió a su gabinete “evitar las confrontaciones y acelerar las obras públicas”.
Hoy en el gabinete hay, al menos, tres ministros en la mira. Uno de ellos es Jorge Lemus, el de Salud, a quien el Presidente pensó en intervenir. Otro es Francisco “Pancho” Cabrera (Producción), a quien le adjudica cierto nivel de inactividad y falta de diálogo con sectores empresariales. Otro apuntado es el rabino Sergio Bergman, de Medio Ambiente.
Curiosamente, o no tanto, ha elogiado en estas semanas a Juan José Aranguren (Energía). Le reconoce haber pagado el costo para la suba de tarifas y las audiencias públicas y seguir adelante.
También, el Presidente desliza críticas a varios de los radicales del gabinete. Se trata de cuatro hombres de buen diálogo con Macri pero que, al menos en dos casos, se están preparando para ser candidatos el año próximo. Uno es Ricardo Buryaille, el ministro de Agroindustria, quien pretende pelear una banca en el Congreso por Formosa. Allí deberá luchar en las primarias contra el senador Luis Petcoff Naidenoff. Ambos pretenden ganarle al eterno gobernador, Gildo Insfrán. Otro de los que mira de cerca la elección es José Cano, quien tiene a su cargo el Plan Belgrano. Quiere ser candidato en Tucumán, donde estuvo cerca de ganar. Finalmente, Julio Martínez, el ministro de Defensa, no tiene en su mente ser candidato pero las encuestas en su La Rioja natal le sonríen: su intención de voto alcanza casi el 50%. Si se presenta tendría altas chances.