Elisa Carrió generó una verdadera polémica con su frase sobre las propinas y el cruce con un mozo que la atendió. La controversia derivó este jueves en un proyecto de ley para que las propinas a empleados gastronómicos y hoteleros sean incorporadas en las facturas que pagan los consumidores y que tengan carácter remunerativo.
La diputada del Frente para la Victoria Fernanda Vallejos, autora del proyecto, dijo que la iniciativa que crea un "laudo hotelero y gastronómico" equivalente a un mínimo del 10% del monto total consumido está "inspirada en Evita" y que apunta a fundar "un nuevo derecho de los trabajadores del sector", que de esta manera verían incrementados sus ingresos.
Más allá del mínimo del 10% de propina obligatoria, el proyecto también estipula que el laudo "recomendado adicional será del 5%" y "en la factura deberá constar de manera explícita la recomendación". Esto significa que el cliente podrá pagar "a voluntad" ese adicional recomendado o incluso un porcentaje mayor.
El cobro de los ingresos extra por propinas no será de manera individual de acuerdo a la atención que cada trabajador le brinde a los clientes, sino que esos ingresos adicionales "serán repartidos de forma semanal, equitativa y proporcional a las horas trabajadas, entre el conjunto de los trabajadores del establecimiento".
A modo de compensación para el consumidor, el proyecto establece la prohibición para el establecimiento de incorporar un adicional en concepto de "cubiertos, uso de mesa, o cualquier servicio equivalente".
Vale destacar que dicha ley es aplicada en muchas ciudades desarrolladas del mundo. Por ejemplo, en Nueva York las cuentas vienen con el valor exacto de lo que representa una propina del 15, 18 o 20 por ciento de la cuenta para que uno seleccione una opción de las tres.
En los fundamentos, Vallejos recordó que en 1945, por órdenes del entonces secretario de Trabajo y Previsión Juan Domingo Perón, se prohibió la propina individual para trabajadores hoteleros y gastronómicos y se "estableció un sistema de retribución colectiva, proporcional a las ventas que se repartiría entre todos los trabajadores del establecimiento".
Ese sistema fue suprimido en 1955 por el Gobierno de facto de Juan Carlos Onganía, repuesto en 1973 por el tercer gobierno peronista y vuelto a eliminar en 1975.
El proyecto, obviamente, no alude a Carrió, pero parece disparar un tiro por elevación hacia ella a través de una cita de Eva Perón que Vallejos incluyó en los fundamentos: "La limosna para mí fue siempre un placer de los ricos: el placer desalmado de excitar el deseo de los pobres sin dejarlo nunca satisfecho. Y para eso, para que la limosna fuese aún más miserable y más cruel, inventaron la beneficencia y así añadieron al placer perverso de la limosna el placer de divertirse alegremente con el pretexto del hambre de los pobres".