El ajedrez político que juegan el Gobierno nacional y el porteño por el traspaso del subte podría quedar empatado en las próximas semanas si avanzan las negociaciones entre ambas administraciones. En las últimos días, hubo varias reuniones entre representantes de ambos gobiernos donde cada parte expresó qué están dispuestos a negociar, qué cederán y qué pedirán.
En los despachos de Bolivar 1 –sede del Ejecutivo local– terminan de cerrar los números de un megaplan de inversiones para rescatar a las seis líneas de subterráneos de la crisis, que se basa en el pedido de entre US$ 800 y US$ 1.000 millones a organismos de crédito internacional.
La idea del Gobierno porteño es negociar los fondos con el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Bndes, de Brasil, el aporte de capitales, que se devolverá en un plazo de entre cuatro y ocho años, a una tasa de interés “razonable”.
Pero también avanza la compra de más vagones. En este caso, los fondos los aportarán entidades financieras asiáticas, las mismas que estuvieron muy cerca el año pasado de construir una nueva línea, la G, pero Macri decidió suspender, por la alta tasa que pedían.
Un dato clave: cualquier pedido de endeudamiento internacional que encare el Gobierno porteño debe tener el aval político del Gobierno nacional, a través de un “permiso” del Banco Central. Los funcionario de Macri aseguran que su nuevo interlocutor, Florencio Randazzo, flamante encargado del área de Transporte, está más abierto al diálogo que su antecesor y ex macrista, Juan Pablo Schiavi, quien se apartó del Gobierno luego de la tragedia de Once.
Emilio Monzó, ministro de Gobierno porteño, Juan Pablo Piccardo (Sbase) y Guillermo Dietrich (Transporte), ya tuvieron varias reuniones con el área técnica del Ministerio del Interior y Trasporte Nacional. En algunas estuvo el propio Randazzo y su segundo, el secretario Alejandro Ramos. El titular de Hacienda local, Grindetti, ya calculó el plan de pagos del crédito.
Los funcionarios porteños creen que por una cuestión “racional”, el gobierno de Cristina aprobará el trámite de endeudamiento, sobre todo porque el problema del subte perjudica a ambas administraciones por igual, al menos, eso se lee en los sondeos de opinión pública.
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