Agencias
El cura Justo José Ilarraz, acusado por una serie de abusos que habrían ocurrido en un seminario entrerriano entre los años 1985 y 1993, fue indagado por la Justicia en una maratónica jornada que se extendió por cerca de siete horas. Por primera vez habló de la acusación en su contra, aunque dijo que “todo estaba basado en mentiras”.
El ex párroco de Monteros le dijo este jueves a la jueza de Transición N° 2 de Entre Ríos, Susana María Paola Firpo, y al fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull, que los ex seminaristas que lo denunciaron lo hicieron por una “cuestión económica”.
Según la acusación, Ilarraz habría abusado de varios adolescentes mientras era prefecto de disciplina en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, entre 1985 y 1993. A mediados de la década del 90, lo enviaron a estudiar a Roma para sacarlo de la diócesis de Entre Ríos. Incluso, según declaró por escrito el cardenal Estanislao Esteban Karlic, por entonces superior de Ilarraz, el acusado habría reconocido los abusos en un proceso interno de la Iglesia y que había pedido perdón.
Sin embargo, el acusado aseguró ahora desconocer que en esa época se había abierto una investigación diocesana en su contra, como había afirmado en su momento Karlic.
Según reveló el fiscal Ramírez Montrull, en su extensísima declaración el cura dijo que no sabía que en 1995 fue sometido a una investigación y que un año más tarde, por orden del ahora cardenal, había sido hallado culpable de los abusos.
En la audiencia Ilarraz entregó unas cartas que le escribieron las supuestas víctimas entre los años 1992 y 1997. “Ahí los chicos le decían que extrañaban su amistad, sus consejos y esa relación de guía espiritual que tenían con él”, según indicó al diario La Gaceta de Tucumán el abogado del cura Jorge Muñoz.