“Las amenazas forman parte del oxígeno”, relata un ex ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, quien se acostumbró a recibir llamados al conmutador con distintas advertencias. Sin embargo, tanto la gestión de Daniel Scioli como la de Felipe Solá prefirieron no hacer públicas las intimidaciones para no provocar una ola mayor de amenazas y sólo denunciaron las que implicaban a varios ciudadanos.
En la gestión del ex motonauta hay decenas de denuncias en la Justicia realizadas por amenazas de bombas a edificios públicos, entre ellos la dirección General de Escuelas, las Torres 1 y 2 de La Plata en donde funcionan parte de distintos ministerios como el de Justicia y la propia Gobernación. Cuando llegaba un llamado, se cumplía con el protocolo de realizar la denuncia y evacuar el edificio.
Pero existieron otras amenazas que no fueron denunciadas y se trataban de las intimidaciones a funcionarios. El conmutador de la Gobernación recibió varios llamados en los que se dejaba el mensaje a Scioli asegurando que lo iban a destruir. La ley de nocturnidad le ocasionó varias advertencias a los distintos funcionarios, pero fue con la discusión de la 125 que Scioli sufrió fuertes amenazas. En 2008, en plena batalla con el campo, el ex motonauta viajó al centro de la Provincia en donde le cruzaron una camioneta cuando estaba a punto de aterrizar. La escena terminó con una brusca maniobra y la ex funcionaria, Débora Giorgi llorando a bordo de la aeronave.
En aquel entonces, los llamados de Unidades Penitenciaras también eran comunes. El ex ministro de Seguridad, Ricardo Casal, recibió varios llamados desde distintas unidades a su teléfono de línea, los cuales cortaba antes de que pudieran dar el mensaje completo. Durante la gestión de Felipe Solá, la Casa de Gobierno debió ser evacuada, al igual que en la gestión de Vidal. Fue en mayo de 2007 cuando se recibieron amenazas de bomba en distintos despachos pero también sufrió otras intimidaciones como amenazas a funcionarios de rentas por operativos antievasión. “Tomen nota del siguiente informe: hay tres bombas colocadas en tres lugares, las cuales van a ser detonadas si a las once de la mañana no se levanta el operativo”, decían en los llamados en aquel momento. Años anteriores el propio Solá recibió llamados a su celular.
También sus ministros de Seguridad recibían llamados a sus despacho y varias veces debieron evacuar el ministerio más caliente de la provincia.
Como ministro de Seguridad, Juan Pablo Cafiero era amenazado por policías incluso en los propios velorios de agentes.
En aquel momento, quien era el director de Asuntos Internos fue uno de los blancos preferidos para las amenazas ya que este abogado platense que sancionaba a los policías sufrió varios llamados para que deje de castigar a los agentes, por lo que debió tener custodia en su propia casa.