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Una renuncia que se veía venir, un nuevo ministro ignoto y una situación económica que sigue preocupando

En una encuesta, la mayoría opinó que la partida de Lousteau era "previsible". Qué dicen en la calle sobre el cambio de funcionarios.

Renuncialusteau
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"Previsible". Ese fue el adjetivo que usó la mayoría de las personas consultadas por Perfil.com sobre la renuncia de ex ministro de Economía Martín Lousteau. En la Plaza de Mayo, la mayoría de los transeúntes no se mostró sorprendida por la partida del joven funcionario. Su reemplazante, Carlos Fernández, es absolutamente desconocido para todos lo encuestados. En lo que hubo coincidencia total es que los destinos económicos del país no se deciden en el Palacio de Hacienda.

La inflación rampante, los magros salarios, la falta de honestidad, el trabajo en negro y el hambre que afecta a cientos de miles de argentinos fueron señalados como los principales problemas económicos que aquejan al país.

"Que te renuncie un ministro de Economía no es poca cosa. La situación es complicada", opinó un joven. "Empezamos a volver al pasado", agregó, en referencia a las tantas idas y venidas de ministros y presidentes que hemos tenido en las últimas décadas.

Hubo quienes al ser consultados sobre el reemplazo del titular de la cartera de Hacienda, prefirieron reflotar la consigna popularizada en diciembre de 2001: " Que se vayan todos".

Una señora, con preocupación en su rostro, puntualizó que todo esto, "marca inseguridad". Otra mujer de avanzada edad, se quejó de la "falta de experiencia" de Lousteau.

"Pensé que se iba a ir antes, por todo el tema del campo", abundó una muchacha joven, poniéndole palabras a un pensamiento aparentemente muy extendido. "Lo pusieron de títere", comentó otro entevistado.

Una mujer se quejó: "no gobiernan para el pueblo, son cuatro capos que se creen dueños del país". Un muchacho coincidió: "son una mafia". Y un hombre redondeó, afirmando que "son todos ladrones".

" Los más perjudicados somos los trabajadores", remarcó un obrero del calzado, refiriéndose a la situación económica. "Todo aumenta", se amargó una mujer, contradiciendo las cifras del INDEC. "No tenemos ni para comer", señaló con tristeza en su rostro, mientras paliaba el hambre con un mate. Cuando se le preguntó si esta situación cambiaría con el nuevo ministro, la respuesta fue terminante. " Acá no va a cambiar nada".

* redactor de Perfil.com