La presidenta Cristina Fernández de Kirchner no tiene reparos en contar escenas de la vida familiar de los Kirchner en ningún acto público. Desde la presentación de su entonces novio, Néstor, a su padre, los pañales de Máximo y Florencia, los juguetes de los chicos y su animadversión a lavar los platos, hubo un tema que la mandataria prefirió evitar: el embarazo de Rocío García, pareja de Máximo Kirchner.
Contra el primer embarazo de la pareja, malogrado en los meses iniciales de la gestación, los Kirchner acordaron un férreo silencio sobre esta segunda oportunidad. A pesar de la revelación de revista Caras, nadie de su entorno habló públicamente sobre el inminente abuelazgo de Cristina.
Emocionada por el encuentro con Agustín, un nene que quería conocerla en la "vida real", y Mara, que junta monedas para comprar netbooks, la Presidenta cometió una infidencia. "Le propuse ser su abuelita", comentó, en alusión a un diálogo anterior con la niña, nieta de desaparecidos. "Yo también estoy a punto de.. No dije nada", se contuvo la mandataria. "Hagan de cuenta que no escucharon", exclamó.
Kirchnerito. Según publicó la revista Caras en enero, Máximo y Rocío le contaron juntos a Cristina las novedades sobre la llegada de su primer nieto y le hicieron prometer que guardaría silencio. “Vamos a tener un bebé para el mes de junio”, confió la pareja.
En adelante, todo fue silencio. Hasta hoy, y de parte de ella misma.