POLITICA
Despus de la histrica condena a von Wermich

Vinculan a miembros de la Iglesia con el robo de bebés

Una enfermera y una monja que solían estar en Campo de Mayo acusaron al vicario general de la diócesis de San Miguel , Federico Mogola. Sospechas contra una fundación que daba niños en adopción

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Luego del fallo que condenó a reclusión perpetua al ex capellán de la policía bonaerense, Cristian Von Wernich, comenzaron a salir a la luz nuevos testimonios que vinculan a sacerdotes de la iglesia católica con la represión ilegal y la apropiación de hijos de desaparecidos.

Una enfermera que trabaja en el hospital militar de Campo de Mayo desde 1971 aseguró que el vicario general de la diócesis de San Miguel, Federico Mogola “ingresaba mucho a ver a las mujeres embarazadas” que “se encontraban desnudas y con una capucha o una venda negra en los ojos”.

La mujer desempeñaba sus funciones en el sector de Epidemiología. Allí funcionó durante la última dictadura una maternidad clandestina en la que la detenidas daban a luz a sus hijos.

La declaración de la enfermera –que da a conocer hoy el diario Página/12- es parte de la causa que investiga los crímenes cometidos en Campo de Mayo. La mujer aseguró que en Epidemiología “ ingresaban personas detenidas” que “ tenían custodia militar, estaban esposados con la cara tapada”.

Además, indicó que esas personas no eran identificadas con sus nombres y que no había registro del ingreso. Entre los detenidos había mujeres que entraban embarazadas y salían “solas”.

Este no es el único testimonio que relaciona a Gogala con lo que ocurría en ese sector del hospital militar. Una monja aseguró a la justicia que había “guardias que custodiaban” y que “ al lugar, en algunas oportunidades concurría el sacerdote Gogola a dar la bendición”.

La religiosa recordó que una noche le ordenaron a la madre superiora que mandara al hospital a tres monjas para alimentar a “ un varoncito de seis o siete años y dos nenas que eran hermanas de dos y cuatro, que eran primas del varoncito”.

Las nenas lloraban mucho pidiendo por su madre y el nene les decía que la madre ya no estaba más, luego les comentó que los padres los habían puesto debajo de la cama y sobre ella además un colchón”, recordó. 

Las sospechas contra miembros de la iglesia católica también se fundamentan en la historia de la última nieta recuperada por las Abuelas de Plaza de Mayo.

Belén Altamiranda Taranto nació en el hospital de Campo de Mayo. Cuando su madre, Rosa Taranto regresó al centro de detención clandestino El Vesubio, luego de dar a luz, les dijo a sus compañeras de cautiverio que durante el parto había estado encapuchada, pero que había logrado ver un hábito como el que usan las monjas.

Belén fue entregada a un matrimonio a través del Movimiento Familiar Cristiano, una fundación que habría funcionado como agencia de adopción.